Por Ira Franco

Este es el género donde el bajo presupuesto, la estética de
la serie b, la imagen pastosa del celuloide setentero y la represión sexual
católica se hacen licuado super mix shaker

para entregar un fetiche divertidísimo que ha inspirado cientos de películas
-que nadie acepta ver pero bien que compran- y referencias cinematográficas: en
The Holy Grail (Gilliam/Jones,
1975), por ejemplo, Sir Galahad se pierde dentro de un castillo lleno de monjas
medievales "hambrientas de cariño" que lo acogen en el seno (ejem) de la
congregación a cambio de favores orales. En México, el entonces jovencito
Gilberto Martínez Solares se apega al subgénero a mediados de los 70 con Satánico
Pandemonium, la Sexorcista
, donde la
Hermana María tiene fantasías sexuales con un Satanás que la visita por las
noches. Para el que no puede olvidar esa extraordinaria escena de baile con
Salma Hayek en From Dusk Till Dawn
(Rodríguez, 1996), el nombre real
de la Hermana María traerá ensueños post cinematográficos.

Quizás por el desafortunado neologismo (nunsploitaition es una combinación de palabras que quiere decir "explotación
sexual de monjas") este género podría parecer simple y llana pornografía, pero en
su etapa clásica llega a niveles mucho más altos.
En realidad, muchas veces ni
siquiera ocurren actos sexuales explícitos. Se trata también de una metáfora de
la mujer encerrada y olvidada dentro de un mundo donde los hombres tienen todo
el poder. Por lo tanto, es también un género de cierta liberación femenina, que
al final toca la liberación sexual.

Una de las películas más importantes del género es Le Monache di Sant’Arcangelo (1973) del director italiano Domenico Paolella que exhibía
el ambiente de corrupción en los monasterios y los conventos contrastándolos
con los bellísimos sets naturales, aprovechando la arquitectura renacentista
como una elemento de horror psicológico y melodrama preciosista. Aquellos
grandes corredores donde las monjas sufren de privaciones se vuelven un
escenario donde también encuentran una salida: el amor lésbico.

Es interesante la evolución del
género a nivel histórico, pues un poco más tarde, en películas como The
Killer Nun
(1979) el director Giulio
Berruti recupera a la para entonces un poco pasada estrella Anita Ekberg (la
frondosa acompañante de Marcelo Mastroianni en la fuente de Trevi en La Dolce
Vita, (Felinni, 1960) como la Hermana Gertrude, quien después de una operación
en el cerebro, sufre de doble personalidad, una de las cuales es, por supuesto,
asesina.

Por un lado está la visión
masculina de las monjas como objetos de deseo, mujeres prístinas y vírgenes a
las que pueden corromper.
Por otro, está la doble moral femenina: habiendo
decidido ser monjas se condenan a un mundo de privaciones masoquistas, pero
también encuentran un lugar donde ejercer su libertad calladamente.

Un género interesante de
muchísimas capas de lectura, sin duda.

La de nunsploitaiton que tienes
que ver:

-Satánico Pandemonium, Gilberto
Martínez Solares, 1975

-The Killer Nun, 1979, Giulio
Berruti

-The trouble with angels 1966, Ida
Lupino.