Este exagerado thriller de espionaje solamente tiene tropiezos cuando Jonathan Rhys Meyers esta en la pantalla. Lo cual, desafortunadamente es la mayor parte del tiempo.
From Paris With Love es un híbrido volátil, mitad película de acción en la onda de Hong Kong, mitad thriller de espionaje americano, fusionadas en un laboratorio al estilo Dr. Moreau por los cineastas franceses Luc Besson (The Fifth Element) y Pierre Morel (Taken). Como resultado del violento proceso algunas de las partes emergen extrañamente distorsionadas: Bruce Willis se transforma en John Travolta, a Matt Damon los vemos ahora con la forma de Jonathan Rhys Meyers, la credibilidad se convierte en una idea tardía y toda lógica se vuelve irrelevante.
Maquillado como Ming the Merciless y canalizando el espíritu de Vincent Vega, Travolta interpreta el papel principal del agente de la CIA Charlie Wax, un brusco yanqui convencido de que tiene razón y siempre listo para disparar su arma, llamado a Paris para descubrir a los terroristas que pudieran atacar durante una reunión para la Paz auspiciada por las Naciones Unidas. Rhys Meyers interpreta a James Reese, un agente tenso de poca experiencia tiene asignada la tarea ingrata de conducir a Wax por todo Paris para recolectar la inteligencia necesaria para evitar el posible ataque.
Tal como hubiésemos previsto, poco tiempo transcurre para que los dos agentes sean ya grandes amigos: Reese se espanta de las tácticas poco ortodoxas de Wax y su comportamiento que incluye el uso de la cocaína y visitas a prostíbulos lo cual conlleva por lo general a una enorme y estupendamente coreografiada escena de combate de armas de fuego; Wax por su parte se burla de la ingenuidad de su joven acólito y de su insistencia en seguir las reglas del protocolo.
A veces la actuación del héroe de acción de Travolta entra al territorio de lo embarazoso pero su fanfarria exagerada tiene también sus encantos. Él es fácilmente el elemento mas agradable de toda el largometraje, brincando feliz por todo el sistema de metro parisino lleno de salvas de balas y gritando aforismos políticamente incorrectos entre explosiones, disfrutando por complete su papel del americano desagradable. Prácticamente todas sus líneas de reparto suscitan risas — y frecuentemente se supone que sea este el objetivo.
Si sólo hubiese podido contar con un compañero en armas más cualificado que Rhys Meyers, cuyo alcance, revelado tristemente en From Paris With Love, no logra ir más allá de su petulante y amorosa actuación como el joven Enrique VIII en la serie The Tudors en Showtime. Si bien Travolta le da vida al ambiente con su entusiasmo, el insípido Rhys Meyers le resta mucho al esfuerzo — y un buen trozo del tiempo de pantalla le corresponde a él, desafortunadamente.
El director Morel, que fue labrando su camino con trabajos como The Transporter, logra un trabajo virtuoso con la cámara incorporando lugares de la vida cotidiana en sus escenas exquisitamente locas. Una cena en un restaurante chino común y corriente termina convertida en una pelea a balazos masiva; una cena intima desencadena una larga persecución; una vista rutinaria a un burdel abre el camino para….otro masivo encuentro a tiros.
Si sólo hubiese mostrado interés cuando se tomaron las decisiones para seleccionar al elenco. Después de cada uno de los violentos tropiezos de From Paris With Love cuando Reese pregunta por qué sale todo de manera repentina como desastrosa, Wax le grita enfadado a su socio perdidamente obtuso ¿Acaso sigues sin comprender? Travolta a veces pareciera rogar a su compañero de elenco para que este se espabile, busque mejorar su nivel de actuación y deje de arruinar la película. Un esfuerzo predestinado al fracaso.