La carrerade Danny Trejo se comenzará a escribir después de Machete. Este papel hacambiado su vida y su percepción dentro de la industria más importante deHollywood: ya no será un actor de reparto más, ahora estamos consciente quepuede cargar sobre su espalda tatuada, el peso de una película.

«Cuando empecé,siempre salía en los créditos como "Prisionero #1", "Hombre malo #4", "Hombrerudo en motocicleta", "Villano con cuchillos"… pero nunca me molestó, amo mitrabajo». El público asistente a la conferencia que dio en el Festival Internacionalde Cine de Morelia, aplaudió sus palabras, mientras que Danny Trejo, vestidocon una camisa blanca decorada con un par de machetes, soltó una grancarcajada.

A pesar desu rostro duro, cuerpo musculoso y bigote intimidante, su carácter es alegre yse nota que es un hombre muy espiritual: en la conferencia mencionó al menostres veces, la palabra "Diosito". «Agradezco a Diosito que me alejé de esemundo en el que crecí desde los 14 años. Si eres un hombre malo, te vas a la cárcel…al menos que seas político». Trejo estuvo en prisión algunos años y fue adictoa las drogas. Ahora se dedica a dar charlas a jóvenes, para que eviten cometersus mismos errores. «Lo principal es que consigan un trabajo. Ser drogadicto,es la cosa más egoísta que puedes hacer».

Como era deesperarse, comenzaron a llover las preguntas prefabricadas y obligatorias a dostemas centrales del film: la migración y la violencia. Sobre el primer asunto,Trejo responde tajantemente: «Machetetoca este tema, pero a quien realmente se critica y se ataca es a la corrupción política. Creo que la situación enArizona es muy complicada, y lo que intenta Robert Rodríguez (director) es quela gente recuerda que la migración es un temaque tristemente sólo se habla durante tiempo de elecciones. Después lospolíticos lo olvidan». En cuanto a la violencia del film, muy al estilo de laspelículas de Serie B de los años 70 (o como mejor referencia similar a que utilizaQuentin Tarantino), Danny no le encuentra mayor problema: «Los niños noaprenden violencia del cine, basta con ver cualquier noticiario y se habla deAfganistán y ellos entienden. Además con Robert, todo es gracioso y absurdo, lagente se ríe cuando una cabeza rebota del suelo. Su violencia es decaricatura».

Trejo encada respuesta menciona a Rodríguez -su primo segundo. Esta conexión familiarla descubrieron años después de conocerse y durante un viaje a México-, eldirector es con el que ha colaborado casi toda su carrera. «Trabajar con él esdivertido, pero el rodaje fue complicado: en el set en Austin, hubo 70 díasdonde estábamos a más de 100°F… pero el asfalto se sentía mucho más caliente. Enuna escena, Steven Seagal casi se desmaya». De hecho esta relación profesionaltan cercana al director dio pie a la frase más famosa de la cinta (y que cuandola vean, la repetirán/modificar hasta el cansancio): «Un día le marqué variasveces a Robert. Nunca contestó. Cuando lo vi le pregunté por qué no lo hacía: "Ah,estoy en rodaje, juntas… todo. Mándame un mensaje de texto". Yo lo vi y le dijeseriamente: "Machete don’t text"».

Y Macheteno sólo evita usar telefónos celulares, sino que es un héroe atípico que rompecon los estereotipos del cine comercial «No me imagino a Pitt, Di Caprio o Depphaciendo este papel… somos de estilos diferentes. Machete tenía que ser unverdadero hombre. Tampoco George Clooney, es demasiado bonito, y no te loimaginas pateando traseros… y mucho menos a Tom Cruise». Inmediatamente alguienle pregunta si cree que su personaje será de culto. «Claro que sí, suena lindocuando la gente me dice "¡Viva Machete!"».

Sinembargo, hay algo que mucho más profundo que aporta Machete en cuestiones de migración, y de mexicanos en EstadosUnidos: un subgénero llamado "Mexplotation". Este término proviene de estascintas de bajo presupuesto que se comenzaron a filmar a partir de los años 70,llamadas explotation films. Dependiendo del personaje principal y temática, sele agregaba un prefijo: "Blaxplotation" (cine afroamericano), "Nunsplotation"(cine de monjas y terror), "Carsplotation" (persecuciones en autos). Cuando lepreguntamos sobre esto, Danny ríe y dice que ama el nombre y lo repite con una sonrisay que espera que sí, que se sigan haciendo más cintas de este tipo. Pero lo que él se ha dadocuenta en los últimos años es como cineastas mexicanos han recibido mayoroportunidad: «Gracias a Robert, los productores de Hollywood ya se dieroncuenta que los mexicanos, los cineastas, pueden escribir y dirigir una películasin importar el presupuesto. Ya nos toman en serio, ya saben que los mexicanossaben hacer bien las cosas».

Esa fue laúltima pregunta que respondió. Agradeció a la gente y de pronto, tomó con sumano un machete y posó para las cámaras «Mi masheiri» dice con su acentochicano. Mientras se retira del estrado y camina hacia la parte trasera delteatro, nos lanza una sonrisa. Así se despide el nuevo héroe nacional, y uno delos personajes de ficción más importantes durante este año cinematográfico