El filme que inició a Banksy (el artista) como director habla de un cineasta amateur que intenta localizarlo y filmarlo, pero Banksy toma las riendas de la cámara para mostrar el trabajo de los grafiteros más talentosos del mundo.

El creciente mundo del grafiti, y su aportación artistica a las grandes urbes del mundo, crea testimonios sobre la importancia de llevar el arte a la calle. El arte no se guarda en las galerías ni en los museos, sino se vuelve cotidiano y normal cuando está en constante contacto con los habitantes de las ciudades.

También estuvo nominado a mejor documental en los premios Oscar de 2011.