Chilango

Esperando a Superman

Por Josue Corro

«El día que
mi madre me dijo que no existía Supermán, comencé a llorar. Ella creía que era
porque no era real como Santa Claus. Pero lloraba porque no había nadie con el
suficiente poder para salvarnos». Con esta frase contada por Geoffrey Canda, un
reformista escolar de Harlem, inicia este documental humano, visceral y
alarmante, que no brinda respuestas sobre el tema de la educación, simplemente
plantea las preguntas necesarias para intentar cambiar uno de las instituciones
sociales más importantes y viciadas de la actualidad.

 El
director Davis Guggenheim no sólo retrata esbozos de la vida del Sr. Canada,
nos involucra dentro de distintos estratos de la maquinaria oxidada del
magisterio norteramericano; pero lo más relevante del film son sus cinco
protagonistas, cinco niños de diferentes partes de Estados Unidos con un futuro
incierto que intentan ingresar a una mejor escuela a través de un cruel -¿o
justo?- sistema de sorteo estilo Bingo. Su futuro depende del azar, y no de sus
capacidades. Se infiere que la suerte es más importante que las aptitudes de un
estudiante, quien en lugar de ser un doctor (como el caso de una niña de 10
años, Daisy), no logré llegar a la universidad
, porque la secundaria donde
tendrá que asistir, no logra que el 15% de sus alumnos, tenga un nivel decente
de matemáticas.

Es extraño que un documental tenga tantas analogías, sin
embargo Guggenheim (Una verdad incómoda) las presenta con sutileza, con
diferentes ejemplos animados, términos coloquiales del gremio educativo, y
muchas cifras alarmantes. Para él, la salvación no está un héroe de historietas,
sino en buenos profesores que inspiren alumnos.

Claro que en el papel esto suena fácil… pero hay factores
que involucran/afectan la calidad de la educación básica: el Sindicato y los
antecedentes familiares de los estudiantes. El primer rubro es una mafia -según
el director- que vuelve a los profesores sanguijuelas intocables que no pueden
ser despedidos gracias a "la plaza" que está dentro de su contrato. En el film
hay un pasaje interesante liderado por Michelle Rhee,  la canciller de Washington DC, quien ha
logrado gracias a su combate contra la corrupción y las malas jugadas
sindicales, cambiar el status de mediocridad educativa de la capital americana.
El segundo factor, y en el cual, Canada es experto, es ayudando a entender
tanto a niños como padres, que el apoyo y la educación son la base primordial
para llegar a la universidad y tener una mejor vida. Este punto no sólo lo
recalcan los profesionales del área (o por la madre de una niña afroamericana,
quien dice que queire ver a su hija salir de la universidad… «no con un título,
sino con una carrera»), también lo analizan hombres como Bill Gates, quien al
ser entrevistado por Guggenheim, asegura que en el futuro

Estados Unidos no contará con los graduados necesarios y
capaces para los puestos más importantes y demandantes de la industria. La potencia
mundial de este país, va a colapsar por la nula preparación de sus estudiantes.

Esperando…  posee un
aire pesimista, pero con buenos augurios: es cierto, hay malos profesores, pero
si en cada escuela hay un buen docente… como Superman, tiene el poder para que
un niño recupere la fe.