Chilango

Entre Hermanos

Por Alejandro Alemán

A veces sucede que
una película tiene todos los elementos para ser grande y por alguna
razón pasa completamente desapercibida. Es el caso de Brothers,
especie de remake de la cinta danesa Brødre (dirigida por Susanne
Bier) que narra el drama de dos hermanos, uno de ellos militar, el otro
ex convicto
, que de cierta forma intercambian papeles luego de que el
primero deja a su familia para cumplir una misión de guerra. 

En esta nueva versión,
Tobey Maguire interpreta al Capitán Sam Cahill, orgulloso padre de
familia con dos encantadoras hijas y su hermosa esposa Grace (la
infalible
y siempre bella Natalie Portman). Justo antes de irse a Afganistán,
Sam recibe en su casa a su hermano Tommy (Jake Gyllenhaal), recién
salido de la cárcel por robo y que a ojos de su padre es la vergüenza
de la familia, "tu hermano lucha por su patria, ¿tú qué haces?". 

No pasa mucho tiempo
cuando dos oficiales del ejército tocan a la puerta de Grace para darle
una mala noticia. La familia se une en el dolor, pero algo sucede en
Tommy quién al ver sola a Grace y tristes a sus hijas decide ayudarlas
en tareas domésticas, haciendo arreglos en la casa, así como cuidando
y jugando con las niñas.

La cinta está 
dirigida por Jim Sheridan, director de clásicos como My Left Foot
y In the Name of the Father..
El cine de Sheridan depende casi exclusivamente de la intensidad de
sus actores y esta no es la excepción.
Natalie Portman en el papel
de Grace lo hace perfecto, lo cual en realidad no es una novedad
tratándose
de Portman; el verdadero asombro viene con Tobey Maguire quien logra
la actuación más obscura e intensa de toda su carrera.  

Brothers es
un show de actuaciones.
La tercera parte del filme resulta en un
tour de force
entre todos los protagonistas donde incluso las niñas
(Taylor Geare y Bailee Madison) explotan su carisma histriónico al
máximo. El desenlace, que poco a poco se viene fabricando durante toda
la cinta, es intenso, pero el final resulta anti climático. 

Tal vez por ello, por
la falta de resolución en su trama, y por el mal tino de haber salido
en Estados Unidos justo en la fiebre de Avatar y The Hurt Locker, es
que esta cinta pasó sin pena ni gloria. Al menos merecía una nominación
al Oscar para Maguire. Ni modo hermano, será para la próxima.