Por Ira Franco @irairaira

Esta cinta es una fábula inconexa y minimalista sobre un enfermero de pacientes terminales, interpretado con maestría por el actor británico Tim Roth, y el primer filme de producción internacional del aún joven cineasta mexicano Michel Franco.

El éxito de este director no es poca cosa: desde su primera película (Daniel y Ana, 2009), trabajó un cine de autor que gustó en Cannes. Con Chronic (que ganó como el mejor guión en este festival) parece haber evolucionado, desde aquellas primeras propuestas con temas escandalosos –como el incesto en su ópera prima, y el bullying en Después de Lucía, también ganadora en Cannes.

El Último Paciente es una cinta más madura en la que logra lidiar con un personaje redondo, lleno de contradicciones, con una moral de trabajo impecable con los enfermos, pero que falta hacia su propia familia. Sin embargo, eso que llama tanto la atención en Cannes y que no son más que fallas técnicas presentadas como ejercicio de estilo, prevalecen.

Si algo hay que reconocerle a Michel Franco es que ha sabido hacer de sus grandes errores una firma indeleble. ¿Está ahí su genio? Quizás. Aun así, Chronic no es para nada la maravilla que cuenta Cannes: Tim Roth es excepcional como el enfermero, pero el director me queda a deber un poco de coherencia en sus montajes.