Por Juan Meneses

Definitivamente hemos perdido

a M. Night Shyamalan. La poca credibilidad que aún le quedaba al director

de Sexto Sentido (1999) se ha ido desgastado de manera incremental con

cada una de sus películas. Desde el bodrio de La dama en el agua (2006),

pasando por El fin de los tiempos (2008) y ahora con este film,

creemos que ya no tiene esperanza. Sus finales con "giro de tuerca"

ya no son suficientes para salvarlo y mucho menos lo harán retomar

el camino con esta historia animada.

En esta ocasión, Night decidió

adaptar la exitosa animación Avatar. En ella, un niño caprichudo

con la capacidad de manipular el elemento aire, deberá reestablecer

la paz en la tierra después de que los maestros del fuego decidieron

imponer su ley. La misma historia de tantas aventuras fílmicas.

Los problemas empiezan cuando

Shyamalan es incapaz de generar empatía entre los personajes y el espectador.

La historia y las situaciones que desarrolla son predecibles, aburridas

y apresuradas. Las actuaciones resultan forzadas y, la cereza en el

pastel, los efectos parecen sacados de película ochentera. Todo mal.

Lo peor del caso es que esta

es la primera entrega de una trilogía, así que agárrense. Por si

no fuera suficiente, la peli viene en 3D por lo que muy probablemente

saldrás arrepentido de cada peso que gastaste. Nosotros te lo advertimos.