Por Javier Pérez

No ha pasado mucho tiempo como para olvidar las tres películas de Sam Raimi sobre uno de los superhéroes más populares de la Marvel: el Hombre Araña. Y el mismo estudio que realizó aquella apuesta millonaria (seguramente muy redituable) persigue una nueva, también una triada fílmica, de la mano de Marc Webb.

El cineasta, responsable de una comedia romántica titulada 500 días con ella, no retoma lo que (mal que bien) había hecho Raimi, sino que opta por partir de cero. Si uno se hace de la vista gorda y elige la desmemoria (tan recurrente en México), no pasa nada y simplemente se hallará frente a otra película de superhéroes de los que han abarrotado el imaginario (ejem) fílmico en los últimos años.

En esta nueva reinterpretación del superhéroe arácnido, El sorprendente Hombre Araña (The Amazing Spider-Man, EU, 2012), se intenta hacer borrón y cuenta nueva. Por lo menos en la selección de actores pasó la prueba, con Andrew Garfield dotando de verdadero karma adolescente al superhéroe arácnido y Emma Stone poniéndole encanto a la Gwen Stacy enamoradiza del bullyado Peter Parker. Y con Martin Sheen y Sally Potter en los papeles de los tíos.

Webb intenta ponerle textura a las tensiones dramáticas (las hay) jalando los hilos tanto como puede. De alguna forma logra la identificación de sus personajes dando cierto encanto a las situaciones. Mostrando la fragilidad del protagonista, sus dudas e incertidumbres, haciéndolas cercanas al público. Y también consigue ponerle sentido a las motivaciones heroicas del adolescente genio picado por una araña alterada genéticamente, a quien primero mueve el afán de venganza por encontrar al delincuente que asesinó a su tío, muerte de la que se siente responsable, y luego la responsabilidad, digamos, social.

La ejecución de las secuencias de acción tampoco queda a deber. Si bien no son las más espectaculares, buscan un punto de vista genuino y a ratos hasta consiguen incorporar el punto de vista del héroe. Sin incursionar de lleno en la 3D, la película aprovecha el formato para una cuestión de texturas aunque también cae en el rollo efectista que busca el apantalle más que el aprovechamiento del recurso.

El filme de Webb tiene un buen ritmo aunque su epílogo lo ralentice, pero de algún modo esto mismo resulta un guiño para quienes gustan de los finales felices propios de las comedias románticas.

En cuanto el enemigo del arácnido (que, por cierto, ahora no trabaja para el Daily Bugle, pero tiene un gusto y habilidad manifiestas para la fotografía), es un hombre-lagarto, un científico con buenas intenciones orillado a la desesperación por la mano de un Osborne invisible y relacionado con el pasado de Parker: el doctor Curt Connors (Rhys Ifans).

El sorprendente Hombre Araña es una película entretenida, de ambientes tensos y de un cierto toque oscuro metalizado.

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