Siguiendo el impulso de su pasión y la ilusión de formar una vida de pareja, Rita y Mateo deciden refugiarse en el aislamiento y la tranquilidad que parece ofrecerles la casa de campo del difunto padre de Mateo. Como en todos los principios, el sexo, la química y la diversión reinan en la relación, hasta que el deseo de Rita por ser madre, el miedo de Mateo al compromiso y la inesperada visita de Alexis, -la seductora prima de Mateo- ponen a temblar inevitablemente la relación. Los divergentes deseos de Rita y Mateo salen a la superficie, poniendo a prueba los frágiles lazos que los unen. Pronto, la falta de comunicación y el amor no correspondido desatarán la violencia, que provocará su decadencia como pareja.