Por Emmanuel Gutiérrez
La amnesia colectiva es la mejor arma de un gobierno corrupto; el olvido de un pasado es echar por la borda la historia de un lugar, de un hecho, de una persona.
Durante los años sesenta y setenta era menester ocultar las vejaciones y arbitrariedades que tenía el gobierno, eran los años del PRI represor, los servicios de inteligencia que tenía el entonces Presidente Gustavo Díaz Ordaz estaban en su auge, nadie daba un paso sin autorización del alto mando.
Sin embargo, entre las ruinas de una incipiente sociedad famélica de conocimiento e igualdad, un hombre de precaria educación, Carlos Castañeda de la Fuente, se propuso asesinar al mandatario basándose en el libro cristero “Héctor” de Jorge Gram, lectura que conmovió sus entrañas para vengar la matanza de Tlatelolco en 1968 de forma mesiánica.
El director Alejandro Solar Luna en su ópera prima “El Paciente Interno” retrata un caso que pereció poco a poco en las mazmorras de la institución mental “Samuel Ramírez Moreno”, donde fue confinado Castañeda durante 23 años de su vida.
Castañeda falló en su intento por liquidar a Díaz Ordaz, fue torturado por agentes del orden presidencial, sin embargo, su hermano logró que fuera declarado enfermo mental y confinado a la institución psiquiátrica.
Fue hasta 1992 cuando la abogada Norma Ibáñez se encontró con su caso, el cual no había tenido seguimiento más de dos décadas; en los archivos sólo había notas médicas y entrevistas sobre el tema, pero no había un expediente legal que avalara la estancia de “Don Carlos” en la “Casa de la Risa”.
Castañeda fue liberado tras un largo proceso; el ex “convicto” narra los maltratos y el encierro aislado en condiciones infrahumanas en el pabellón 6 del hospital.
Con una impecable lucidez, Castañeda recuerda fechas y personajes, sin embargo, hay momentos donde “Don Carlos” abandona este mundo para centrarse en el que construyó durante 23 años en un cuarto enrejado.
Solar Luna dejó en libertad cabal a “Don Carlos” para explicar su caso, no hay nada forzado durante la filmación, tomas con excelsos encuadres y la forma en que conjuga a los personajes en la historia dan un retrato fiel del pasado tortuoso que vivió un hombre, víctima de su propia “ignorancia”, pero también de un gobierno que no daba tregua ante quienes levantaban la mano contra él.
“El Paciente Interno” es una reconstrucción del rumbo que tomó la vida de “Don Carlos”, un error lo hizo pasar a los encabezados de los diarios, para ser olvidado en un futuro casi inmediato.
Los errores se pagan caro, y “Don Carlos” ha saldado su cuenta con la historia.