Por Carlos Arias

Dicen los portales de Internet que Mila Kunis es la chica más sexy del mundo. Bueno, ahora le toca ser la número uno de la galaxia. En su nueva película se confirma que el ADN de la ucraniana no está nada mal y la puede convertir en próxima líder del universo. Nada menos.

Se trata de El destino de Júpiter (Jupiter ascending, 2014), de los hermanos Andy y Lana Wachowski, los realizadores de la serie de Matrix, quienes vuelven a incursionar en la ciencia ficción, esta vez en una cinta de aventuras espaciales.

Lejos del futurismo filosófico de Matrix, esta vez la historia incluye los tópicos convencionales de la “space opera” actual: aliens graciosos, naves espaciales, villanos con parafernalia fascista, explosiones, amores interplanetarios y pistolas de rayos.

Mila es Júpiter Jones (sí, el personaje se llama Júpiter), una humilde inmigrante rusa cuya genética es idéntica a la de la mujer más poderosa de la galaxia, en una época en que coexisten diversas civilizaciones en el universo. Aunque ella misma no lo sepa, se convierte en el objetivo de los villanos, especialmente del guerrero intergaláctico Caine (Channing Tatum), quien viaja a la Tierra para encontrarla. Lo que nadie esperaba es que Jupiter y Caine se enamoran y cambian el destino del universo.

La película estaba anunciada para julio pasado, pero por motivos no aclarados se pasó para este febrero. Al parecer, el pastiche de los Wachowski confundió a los propios estudios, que no sabían si incluir a la película como la clásica mega producción de superhéroes, o ponerla como ciencia ficción de culto. Antes de llegar a los cines, tuvo un estreno inesperado en el pasado festival de Sundance, el paraíso del cine independiente mundial, donde causó sorpresa porque a pesar del respeto de que gozan los Wachowski en la tribu “indie”, no se trata de una película de arte y de bajo presupuesto, sino de todo lo contrario.

El destino de Júpiter es una nueva incursión de los hermanos cineastas en el cine hollywoodense de alto presupuesto, con muchos efectos especiales y una aventura espectacular. Por ello, la película resulta a veces demasiado efectista, como un espectáculo visual por sí mismo y con poca atención a la historia o a los personajes.

En Matrix, los cineastas presentaban una reflexión posmoderna en torno a cómo la realidad es producida como un artificio, detrás del cual solo hay un desierto. En este caso el objetivo es menos filosófico, se construye un mundo artificial espectacular que se convierte en un mega entretenimiento surrealista, cargado de referencias para fanáticos del género, desde Flash Gordon a Star Wars, desde Brazil a Dune y desde El mago de Oz a la Alicia de Lewis Carroll. Ah, y se confirma que Mila es la chica más sexy de galaxia, especialmente en trajecito de viajera intergaláctica.