Por: Natalie Roterman

Uno de los grandes libros del autor fantástico Roald Dahl fue adaptado por Melissa Mathison para una película llena de inocencia, magia y palabras peculiares. La película de Disney, dirigida por Steven Spielberg, cuenta la imaginativa historia de una pequeña y del gigante que le muestra las maravillas ylos peligros del País de los Gigantes.

El simple hecho de que se unan los talentos de Steven Spielberg, Walt Disney Studios y Roald Dahl debería ser razón suficiente para verla, pero vale la pena señalar que es una película “muy Roald Dahl” y muy infantil. Como en el libro, el humor y la trama son sumamente blancos. Hay que reconocer que, muy al estilo Disney, la historia trae consigo una lección de valentía de las que siempre acaban conmoviendo y logran hacernos sentir que no perdimos nuestro tiempo.

Aunque por momentos muy simpática, la parte donde Sophie y el buen amigo gigante parten hacia Londres a ver a la Reina (Penelope Wilton) resulta un tanto fuera de contexto, llevando el humor de la película a un nivel de ingenuidad que puede llegar hasta a molestar a muchos.

Por otro lado, la magia de Disney y la precisión técnica de Spielberg hacen de la película un fantástico festín visual que definitivamente vale la pena ver en cines.

En inglés, el ganador al Óscar Mark Rylance hace la voz del gran amigo gigante y la actriz Ruby Barnhill debuta como la valiente huérfana, Sophie.

Después de su estreno en Estados Unidos, quedó como uno de los más grandes fracasos de Spielberg, habiendo ganado tan solo $22 millones en su semana de apertura (aunque debutó en lunes, que es raro) y un total de $65 millones hasta el día de hoy. Esperemos que a nivel mundial mejoren las cifras para esta primera alianza comercial del director.

Veredicto: Sí, ir a verla con niños y disfrutarla como actividad familiar.