Por Jaime Azrad @_azrad

Ovacionada (de pie) en el Festival de Cannes en 2011, El conductor se abrió camino entre la crítica hasta un punto en que las expectativas son bastante grandes, pero las cumple. La adaptación de la novela homónima de James Sallis bajo la dirección de Nicolas Winding Refn, mejor director en Cannes por esta cinta, es un ‘tributo a Alejandro Jodorowsky’, en palabras del director.

La cinta presenta la vida de un doble de las películas de acción en Hollywood, quien además es mecánico y anónimo conductor escapista para criminales y la mafia (Ryan Gosling). Sus habilidades atraen la atención de un inversionista que busca posicionarlo en el mundo de las carreras de autos, pero su relación con Irene (Carey Mulligan), su vecina, cuyo esposo regresa de prisión, pone en peligro el delicado equilibrio en su vida.

Standard, el esposo de Irene, debe dinero por protección en la cárcel y el conductor acepta ayudarle manejando en un robo para pagar su deuda, con el fin de proteger a su vecina, pero esta vez ago sale mal…

El manejo de los movimientos de cámara, la excéntrica fotografía y la sensata construcción de personajes dan a esta cinta niveles que muchas películas de acción y crimen desearían tener. Las interpretaciones de Ryan Gosling (quien ha acaparado los reflectores con su trabajo en Poder y traición, 2011) y Carey Mulligan (Enseñanza de vida, 2009) están en constante contacto con la realidad que representan, en la que el sobrevivir el día a día es el verdadero reto.

Éste es un digno ejemplo de que el género no obstaculiza la realización cinematográfica, pues aunada a una acción de alto presupuesto, encontramos una historia de impacto, que provoca y conmueve más allá de golpes y escapes.