Atención, atención: si tu infancia se desarrolló en la segunda parte de los 90, o se prolongó a esas fechas (nunca se sabe), seguro estás familiarizado con las Esferas del Dragón y un grito de guerra: «kame, hame, haaaaaaa». Ah, la nostalgia. Hace diez años, la televisión abierta tuvo un fenónemo anime encabezado por un chavito bastante poderoso y con 13 kilos de gel: Goku, y su Dragon Ball. El fenómeno en Japón fue tan grande que logró una adaptación cinematográfica de carne-y-hueso, bastante ridícula. Ahora con producción americana, esperemos que las cosas sean más espectaculares.

La historia no dista mucho de la serie: Goku se embarca en un viaje mítico para buscar al Maestro Roshi (el espectacular Chow Yun-Fat) y recuperar las siete Esferas el Dragón, antes de que lo haga el malvado extraterrestre verde, Piccolo. Cuando lo encuentra, ambos pelean y el Maestro se da cuenta del potencial que tiene el buen Goku. Con su ayuda y la de otros personajes como Bulma y Yamcha, harán lo imposible por vencer a Piccolo de sus planes de conquistar el mundo. Y en eso, regresa de golpe las noches de la infancia frente al televisor.