¿Por qué nos gusta?
Porque un cuarto lleno de mandatarios prejuiciosos debe impedir un holocausto nuclear que secretamente desean. Suena parecido a nuestro sistema político y es la perfecta representación de la Guerra Fría, del maestro Stanley Kubrick.

¿Qué nos deja?
La conclusión de que la diplomacia sirve para sentirnos más humanos mientras damos órdenes de atacar al enemigo. Todo se resume a una frase que se grita al final de este video: “No se puede pelear aquí adentro, este es un cuarto de guerra”.