La película El retrato
de Dorian
Gray basada en la célebre novela homónima del famoso escritor Oscar
Wilde, se
estrena este fin de semana, y debo confesar como seguidora del relato
que esta versión
cinematográfica se quedó corta, pues al final no se consigue llegar a
las profundidades
de la obra y encontramos una película 100% comercial, destinada para
pasar un
buen domingo comiendo palomitas en el cine.

La cinta es dirigida
por Oliver
Parker y nos presenta una historia que pretende ser un thriller
psicológico con
tintes de terror, pero al final no lo consigue.

Las actuaciones, arte y
música
son muy rescatables, pero te queda la sensación de que viste lo que pudo
ser
una muy buena película.

Por Iraís Bermejo