Diego Luna suele decir en broma que no se considera un buen actor pero tiene claro que no actuaría en las películas que dirige, una faceta que disfrutó con “pasión desmedida” en su nueva cinta “César Chávez”.

“Lo digo para que la gente no se sienta mal si lo opina. No es que me considere mal actor, es que como director no me contrataría”, expresa sonriente Luna que está en México, donde este fin de semana estrena su film sobre la emblemática lucha en Estados Unidos del líder campesino de origen mexicano César Chávez.

Sin descanso en la maratónica promoción de su tercer trabajo como realizador, cuenta que cuando está delante de la cámara, anda “distraído todo el tiempo” preocupándose por todo lo que sucede detrás.

“Como actor yo creo que necesito a un director. Y como director quiero saber que tengo a un actor que me va a sorprender, y yo no me puedo autosorprender”, ironiza.

Luna, de 34 años, empezó precozmente su carrera como actor de telenovelas y, tras el impacto de la película “Y tu mamá también” (2001), se convirtió en una de las estrellas mexicanas más internacionales con papeles en “La terminal” (2004) y “Milk” (2008).

El mexicano considera “mucho más cómoda” la interpretación, pero confiesa que le han atrapado la intensidad, la profundidad y las lecciones que le brinda la dirección.

Dirigir es “lo más personal que yo tengo, el sentido de pertenencia es total. Esto no me pasa como actor y es hermoso, me trae de vuelta una pasión por lo que hago desmedida”, asegura.