El joven realizador está construyendo una carrera interesante a la que hay que seguirle la pista. Nosotros nos unimos a este reconocimiento considerándolo uno de los Orgullos Chilangos de este moribundo 2012.

Sin alharacas, casi en silencio, Michel Franco ha arañado las emociones del espectador y ha conquistado el corazón de público y jurados con Después de Lucía. Aunque el cineasta pertenece a una generación que se abre paso pese a las dificultades de exhibición en el país, prefiere construir un camino que le facilite contar sus historias en el futuro; de ahí que no sólo sea guionista y director sino también productor. “Me visualizo creando cine en el futuro. Idealmente sin sufrir porque lo de ser mártir o faquir no me gusta”, explica el también fundador de Pop Films, una casa productora con ocho años bien vividos y aprovechados.

En una plática nosrelató un poco de su más reciente película, su trayectoria, su proceso creativo y proyectos a futuro.

¿Cómo nació la historia de Después de Lucía?

La historia original era qué sucedía después de Lucía, nunca la vemos en la película pero se siente su presencia y cómo los personajes se sobreponen a esa muerte. La parte del bullying aparece después, de manera orgánica. Fui llegando de manera natural al tema y así cobró fuerza.

¿Cómo ha cambiado tu vida después de Cannes?

Para mí significó el reconocimiento de gente conocedora del valor de mi trabajo, y eso se agradece. Ganar este premio no altera mis proyectos ya comenzados. Estoy escribiendo otro guión y tampoco cambia por haber ganado un premio. Genera más atención de la gente, pero lo importante para mí es seguir trabajando independientemente de este premio.

¿Cómo es tu proceso creativo?

Mi proceso normal es pensar las ideas. Me puede tomar un año pensar la historia y después en unos seis meses tener el guión terminado. Como yo escribo mis guiones no soy rígido. La palabra guión-guía a mí me sirve mucho, el pensar que funge como algo no determinado pero que te marca el camino a seguir. El guión no es una obra literaria terminada y puede también acabar en el bote de basura. Ya que la película está filmada, el guión es lo de menos.

¿Cuáles fueron tus primeros pasos en el cine?

No estudié cine de manera formal, pero sí comunicación en la Universidad Iberoamericana. A partir de los quince años me comenzó a interesar bastante el cine, pero no me animé tan pronto. Durante la carrera me di cuenta que nada me interesaba más que filmar. Filmé muchos cortos en mi etapa de universidad hasta que justo hice un cortometraje contra la corrupción, Cuándo sea grande, que estuvo en quinientas salas de cine. Yo tenía 21 años, y eso me ayudó a tener más confianza en el trabajo. Además, creo que comúnmente no eso no le pasa a un estudiante de cine; fui muy afortunado. Después hice Entre dos, que ganó el Festival de Huesca. Luego estuve haciendo comerciales y videoclips con Pop Films y en el 2008 me decidí a realizar Daniel y Ana, mi primer largometraje. Siguió Después de Lucía. La tercera película que estoy terminando está basada en Entre dos y se llamará A los Ojos. Siempre estoy pensando en mis proyectos de manera paralela. Ahora estoy escribiendo una, pero pensando mucho en otra. Me gusta tener varias historias al mismo tiempo.

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¿Qué es lo más importante para ti a la hora de desarrollar una historia?

Le tengo mucho respeto al público y pienso siempre que son sumamente inteligentes, entonces trato de dialogar con ellos de la manera más interesante con ideas y una buena historia. Trato también que la parte cinematográfica y formal sea la principal incluso más que las ideas; si no, no vale la pena hacer una película. Una película se hace con sentido común y con intuición. Es un diálogo con el público, no hay que complicarlo más que eso. No hay que intelectualizar más el trabajo. No creo que haya cine de arte o de género: hay buen cine o no.

¿Cómo ves el cine mexicano actual?

Sufrimos lo mismo que el mundo entero. El cine americano invade las pantallas y con una maquinaria tremenda; pero la gente ha entendido que hay una variedad en el cine mexicano. Hemos ganado en confianza porque se ha hecho muy buen cine. Me he vuelto productor porque sé la medida exacta de lo que como director necesito.

¿Qué película te impactó lo suficiente como para dedicarte al cine?

Pulp Fiction. Con esta cinta comenzó mi interés obsesivo con el cine a los 14 años. Me ayudó a entender hasta dónde se podía llegar en cuanto a profundidad, en cuanto a forma estilos, diálogos, y personajes.