¿Por qué está chida?
Porque es un clásico de clásicos. Steve McQueen, policía renegado, toma el
volante y nos da una persecución de más de diez minutos en la que no puedes
pestañear ni un segundo. Además, las calles de San Francisco se prestan para una
gran, gran vía de persecución.

¿Qué coches salen?
Clasicazo, Mustang GT 68′.

¿El momento más emocionante?
El baile coreografeado entre ambos coches que después, en la carretera, acaba en una hermosa explosion. Y la mítica frenada de McQueen.