Por Oswaldo Betancourt L.

A muchos les sorprende que Richard Linklater haya filmado esta película durante 12 años, pero quien lo conozca sabe que al cineasta texano le gusta embarcarse en aventuras fílmicas de carrera larga; basta con recordar la trilogía de Antes del amanecer (1995), Antes del atardecer (2004) y Antes de la medianoche (2013), si agregamos el hecho de que los años señalados son las fechas de estreno, sin contar la preproducción de la primera película, podemos decir que a esa historia le dedicó prácticamente dos décadas de su vida.

En otras palabras, Linklater es un ejemplo de compromiso y constancia. La diferencia de Boyhood con aquella es que en este caso no nos hizo una entrega en tres partes, cuando bien pudo hacerlo, sino que planeó desde un principio juntar esa docena de años en un solo material. Es una propuesta atractiva desde su planteamiento y está bien ejecutada.

Los actores también aceptaron invertir buena parte de su cronología en este proyecto. Ethan Hawke hace un buen trabajo pero ahora no es el protagonista, ese puesto lo ocupa el debutante Ellar Coltrane con el papel de Mason, un niño a quién veremos crecer y atravesar la de por sí no tan sencilla pubertad, sino otros factores externos como las parejas de sus papás divorciados (su mamá a cargo de Patricia Arquette), la elección de una carrera y su paso por los terrenos del corazón.

Es respiro de las tramas de Hollywood que suelen ignorar las historias cotidianas. Las escenas muestran algunos momentos de su vida, pero esto se debe a que la vida cotidiana no es tan plana como creemos y avanza rápido, sin esperarnos.

El soundtrack es otro de los elementos sobresalientes. El recorrido musical se apega al crecimiento de Mason, por momentos nos llega una selección de canciones que todos hemos oído en alguna ocasión, como “Crazy” de Gnarls Barkley y “Somebody that I used to know” de Goyte, junto a clásicos de la talla de The Flaming Lips, Bob Dylan y Paul McCartney. Temas que por cuestión de tiempos no podrás escuchar completos en la sala del cine, pero vale la pena buscar el soundtrack y escucharlo de principio a fin.