Por Ira Franco

El director Andrew Bujalski pertenece a la camada de cineastas “mumblecore”(un subgénero del indie-bajo-presupuesto en el que proliferan los actores amateur y los diálogos naturalistas), y aunque enResultsel presupuesto alcanzó para contratar al neozelandés Guy Pearce, es fácil saber qué esperar de su nueva entrega: poca acción física, ambiente densamente cotidiano y transformaciones emocionales apenas perceptibles en sus personajes.

El experimento puede adquirir grandes profundidades, pero no es el caso deResults, que intenta, pero no logra, aportar mucho al género “comedia romántica”. Sin embargo, hay elementos interesantes, empezando por la ausencia de aquella promesa de amor eterno, tan pesada en otras cintas.

Guy Pearce lo hace muy bien en su papel de dueño cuarentón de un gimnasio que tiene un amoríoon-and-offcon su empleada (Cobbie Smulders), una entrenadora personal de carácter ácido.Algunos verán un bodrio infumable que se toma demasiado tiempo en escenas tontasde un gordito haciendo ejercicio, pero con cierta disposición es posible sentir la desesperación de los personajes que viven atrapados en sus neurosis, en una calma casi patológica que, para muchos, es la expresión del miedo a vivir.

Bujalski no posee una visión autoral defi definitiva,sus entregas son desiguales, pero en sus historias hay cierto potencial, hasta ahora desperdiciado.