Por años el cine de Hollywood nos ha
enseñado que no importa lo difícil de la situación, al final de las
películas
los buenos siempre ganan y los malos reciben su merecido. En Emprie
Strikes Back
sucede todo lo contrario
, después de que en Episodio IV la Rebelión logra una victoria épica contra el imperio, para el siguiente
episodio
todo se va al carajo: los rebeldes están huyendo, Han es torturado y
congelado
en carbonita, Luke empieza su entrenamiento pero no lo termina (lo cual
enoja a
Yoda), C3PO termina hecho chatarra, Luke pierde una mano y se entera que
su
padre es Vader… si, sólo faltaba que un Rancor viniera y los meara a
todos. Es,
en definitiva, el capítulo más obscuro de toda la saga (precuelas
incluídas).


Y justo cuando piensas "¡Caray!, ¿Cómo van
a arreglar todo antes de que se acabe la película?", la película termina
con
una imagen que remite a la esperanza (Luke & Leia viendo el amanecer
de la
galaxia) pero que no oculta el hecho de que todo se ha ido al infierno.


La reacción inmediata del público fue:
¡Quiero ver ya la tercera parte! Kershner lo había logrado, había roto
la
maldición de "segundas partes nunca son buenas" y dejaría una ardua
tarea para
el siguiente director por venir. Nadie, ni Lucas mismo, pudo superar a
la mejor
película de la saga Star Wars: The Empire Strikes Back.

Dato Curioso: Lucas copia la escena final de Episodio V en el
final de Episodio II. Las rechiflas contra Lucas se incrementaron 300%
cuando
vimos esa escena en el cine. Malditas precuelas…