Chilango

Right thoughts, right words, right action

ff

Por Omar Morales

Hace nueve años Franz Ferdinand puso a brincar a millones de personas por todo el mundo con su disco homónimo de rock pop festivo, bailable y en extremo pegadizo.
 
En poco tiempo ganaron fama, fortuna, reconocimiento y demostraron su habilidad para recolectar fanáticos, al grado que su sencillo más exitoso, Take me out, continúa siendo muy socorrido tanto en estaciones de radio como en fiestas.
 
A ese potente debut le siguieron You could have it so much better en 2005 y Tonight: Franz Ferdinand en 2009, ambos con las mismas fórmulas melódicas, rítmicas y armónicas, y con las mismas letras ligeras disfrazadas de complejidad, pero sin la magia del primero.
 
Después se tomaron un descanso, volvieron a los grandes escenarios y a los estudios de grabación, y han elegido agosto de 2013 para lanzar a la venta su cuarto disco de estudio, Right thoughts, right words, right action, y creo que una de las primeras canciones a promocionar, Love illumination, tendrá con los años un destino parecido al de Take me out: convertirse en un macanazo pop que atraviese generaciones…
 

Como grupo Franz Ferdinand tiene varias ventajas sobre sus congéneres: son instrumentistas que sin llegar al virtuosismo tienen capacidades sobradas para ejecutar el rock pop que acostumbran; la voz de Alex Kapranos vale oro en los terrenos del pop, posee un timbre de inmediato reconocible, gran precisión para las notas y se encuentra en gran forma; han desarrollado una gran habilidad para crear canciones estimulantes que fácilmente se adhieren a la memoria musical; y a pesar de que el rock bailable tiene varias decenas de exponentes de importancia considerable, Franz Ferdinand ha sabido construir, conservar y patentar una sonoridad propia que se identifica al primer compás.

 
Con Right thoughts, right words, right action este cuarteto escocés ha recuperado la magia pop de su primer disco. Por la experiencia que han ganado como compositores e instrumentistas lograron aumentar los niveles de calidad y complejidad en los arreglos y la producción del disco. La precisión, cadencia y sonido son prácticamente imposibles de criticar, a estos señores de Franz Ferdinand las arrugas y canas musicales les han sentado bien.
 
En estas canciones hay riffs de guitarra, líneas de bajo, coros y bases rítmicas que cualquier grupo de jovencitos con relativo éxito en el universo pop envidiarían. Quizá lo único que se les pueda reprochar es la falta de matices y originalidad, porque cuatro discos y nueve años después siguen sonando demasiado a sí mismos. Franz Ferdinand es el equivalente a un blockbuster Hollywoodense, a esos éxitos del verano que mucho entretienen y divierten, pero que difícilmente le cambian las perspectivas de vida a sus espectadores. Canciones palomeras de manufactura incuestionable, con un fondo tan ligero que fácilmente se diluye en las formas pop.
 
En Right thoughts, right words, right action ha quedado patente que la mayor debilidad de Alex Kapranos es la lírica. Pero obviando las carencias de profundidad y trascendencia propias del género, resulta innegable que en el pop también hay clases y que sus grados de finura son reconocibles a primera escucha. Franz Ferdinand está de vuelta y su cuarto Lp de estudio es una prueba irrefutable de la frase anterior.