Por Omar Morales
Un gran disco y una buena historia para cerrar el año: el estadounidense Luke Temple intentó dedicarse a las artes visuales, fracasó y cambió el rumbo hacia la música. Canta, compone, toca varios instrumentos, grabó una muestra de sus canciones en la sala de su casa y consiguió un modesto contrato discográfico, desarrolló su propuesta y la bautizó como Here we go magic. En 2009 compuso, grabó, interpretó y produjo un disco homónimo,firmó con una de las disqueras independientes más importantes de norteamérica, encontró a los músicos adecuados para armarse de una banda, en junio de 2010 tocaron en el legendario festival de Glastonbury y su vida cambió.
Desvelados y con resaca, los integrantes de Here we go magic dieron un concierto a las once de la mañana. Entre el público, poco entusiasta y de ambiente familiar por la hora, había un par de tipos con sombreros y gafas oscuras que bailaban y brincaban con desparpajo. Eran Thom Yorke de Radiohead y uno de los productores musicales más importantes del mundo, Mr. Nigel Godrich. Ambos hicieron pública su admiración por la música de Here we go magic y el señor Godrich les ofreció producir su tercer Lp.
En resumen, A different ship es un disco construido a partir de ritmos hipnóticos y melodías pop, decoradas con disonancias y capas sonoras a base de teclados, guitarras que rara vez abandonan las funciones percutivas y discretos arreglos corales que fácilmente se adhieren a la memoria. Lo que quiero decir es que con las canciones de A different ship es difícil no ponerse a brincar como Yorke y Godrich en Glastonbury.
Extrañamente no fue un trabajo favorecido por la crítica y prácticamente fue excluido de las listas y recuentos anuales. Pero, insisto, A different ship es un gran disco con una buena historia para contar y dar por terminado el 2012. Todos a bailar…
Here We Go Magic – How Do I Know from Sean Pecknold on Vimeo.