1. La serie de exposiciones "Microhistorias y macromundos" resume una de las tendencias más claras de la arquitectura y el arte contemporáneos: conjugar, en un solo movimiento, la actualidad y la historia. El Museo Tamayo ha llevado a cabo una serie de exposiciones con ésta idea en los últimos dos años.

Remodelar, por ejemplo, un viejo monasterio con acabados de actualidad, intervenir las pinturas de los clásicos con uno o dos patitos Donald, pensando en los Jeff Koons expuestos en el Palacio de Versalles (una visita envidiable), etcétera. El pasado y el presente se han convertido, digamos, en la tendencia del futuro. Quizá a los artistas se le hayan acabado las ideas.

2. Un lugar fuera de la historia, exposición inaugurada este pasado septiembre en el mentado Museo Tamayo, forma parte de "Microhistorias y macromundos". En la exposición, magistralmente curada por Magalí Arriola, las vidas secretas de algunos de los artistas más importantes del siglo XX se reinterpretan, modelan y representan en un contexto actual.

Así, los torrentes creativos y personales de Tina Modotti, las grillas insostenibles del Museo de Arte Moderno de Nueva York, las peripecias de Domingo Malagón Alea, por mencionar algunos, comparten espacio con las visiones que Francis Alÿs, Olivier Debroise, Harun Farocki, entre otros, dan de ellos.

Una exposición, pues, altamente recomendable si estos dos puntos logramos entenderlos. Exponer los secretos de alguno, a final de cuentas, es una buena forma de reencontrarse con la historia.