Esta exposición resulta el marco ideal para, por fin, terminar con las innumerables conmemoraciones oficiales y pensar, en calma, nuestro lugar en la historia. Se trata de una muestra llena de secretos: que si Tina Modotti fue expulsada de suelo mexicano por sus afiliaciones comunistas; que si el célebre crítico y coleccionista Anthony Blunt fue descubierto como un espía soviético por Margaret Thatcher; que las grillas del MoMA de Nueva York, las peripecias de Domingo Malagón Alea o los impactos de la Revolución Mexicana en el mundo del arte. Chismorreos, mentiras piadosas, secretos, cosas ocultas de la historia. El título de la muestra es claro.

Exponer algunos registros de estas verdades ocultas funcionaría bien como puntada. Sin embargo, la curaduría conjunta de Magalí Arreola y Magnolia de la Garza también logró incorporar a estos personajes y sus historias con otros artistas prominentes en la escena actual para lograr así una síntesis amena y reflexiva en torno a aquellos espacios del tiempo que no conocíamos hasta ahora o buscábamos reconocer. Hay artistas e historias de México y el mundo.

Si el paso del tiempo es imparable, por qué no pensar y crear alrededor de temas que quedaron al margen de lo público, de lo histórico, publicitarlos para conocer la verdad de sus protagonistas y un poco más de nosotros mismos. Lo que no se sabe del resto del mundo, quizás, es lo que más pesa y acontece. Un ejemplo vívido y hermoso con estas ideas, que deambulan entre el secreto, la historia y la memoria, es la obra No Show del artista holandés Melvin Moti. La Segunda Guerra Mundial había vaciado de cuadros al Museo Hermitage, dejando colgados nada más los marcos. Cuenta la leyenda que algunos soldados rusos hicieron el recorrido del museo, mientras un guía les explicaba de memoria las piezas escondidas. Las pinturas se convirtieron en un secreto de guerra.

Es así como “Un lugar fuera de la historia” juega con la idea del secreto como un punto tangencial en nuestras vidas. Conocer los rincones ocultos de otro es conocerlo a plenitud, y la suma de todos nuestros secretos es un retrato de nuestra realidad. No por nada esta exposición forma parte de “Microhistorias y macromundos”, proyecto del Tamayo para conjugar el impacto que tienen los detalles mínimos de nuestros día a día con la historia del mundo entero. Una idea por demás interesante.

Multidisciplinaria, Museo Rufino Tamayo, Reforma y Gandhi, Chapultepec, 5286 6519, mar-dom 10-18 hrs, $15.