Una historia recurrente en la actualidad: una obra interrumpe su temporada debido a la pandemia. Un final feliz: la puesta en escena vuelve a los escenarios. Se trata de Blackbird, que dirigida por la también cineasta Katina Medina Mora, se basa en el texto de 2005 del dramaturgo escocés David Harrower, que a su vez se inspiró en algunos de los crímenes de Toby Studebaker, un exmarine estadounidense que secuestró a una niña británica de 12 años en 2003, después de hacerle grooming a través de Internet.

“Yo estaba en búsqueda de un proyecto que hablara sobre abuso sexual infantil, pues por un lado es algo que viví de niña y por el otro México es el primer lugar del mundo en abuso infantil. Originalmente iba a ser una película, pero me encontré con Blackbird y fue una oportunidad perfecta para volver al teatro, mi primer amor. Además, era ideal porque solo necesitaba dos actores y no requería mucha producción. Pensé que estaba fuera de mi liga, pues se presentó en Broadway con mucho éxito, pero logramos conseguir los derechos y traducirla. Fue un proceso oscuro que terminó siendo muy luminoso y catártico. El mayor reto fue meterme en la cabeza de los abusadores pues, la parte de la víctima la tenía muy clara. Harrower le da el mismo lugar a ambos infiernos y eso es lo que la hace interesante. Esa parte fue dura”.

Katrina Medina

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La actriz Cassandra Ciangherotti recuerda que estaba en Escocia cuando Katina le envió el texto. “Lo leí y no podía creer lo acertado que era con los tiempos que vivimos. Me acerqué a él con mucha empatía hacia ambos personajes. Entendía completamente lo que le pasaba a Una (su personaje) y me emocionaba mucho trabajar con un texto de semejante calibre con Alejandro Calva, que es uno de los mejores actores de este país”, comenta en entrevista para Chilango.

Cuenta Ciangherotti que el proceso de ensayos fue muy rico, ya que hubo un trazo muy orgánico en el que la directora los acompañó “brillantemente” con intervenciones muy sutiles, específicas y amorosas. “Entre Alejando y yo no había ego estorbando el proceso, queríamos que la historia funcionara y si algo de lo que el otro proponía funcionaba, lo sumábamos y cuando no lo descartábamos”, recuerda la actriz, que para preparar su personaje no vio la película basada en la obra –Una, de Benedict Andrews (2016), pero sí leyó noticias sobre el caso en que está basada la historia:

“Me pareció interesante, más no fundamental, pues es el caso de muchas mujeres y hombres. Es casi anecdótico pues es una historia universal”.

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Su coprotagonista, Alejandro Calva, concuerda:

“El texto está bien escrito y parece a prueba de todo. Pero más importante, toca un tema sobre el que es primordial que se abra una conversación. Por suerte ahora lo está más que la primera vez que estrenamos en 2019, gracias a la política de la cancelación, de la denuncia y del yo te creo. Hay una red más sólida. Y espero que cada vez seamos más los hombres asumiendo la responsabilidad de ser parte de esta sociedad patriarcal. Yo lo hago con mi actuación en esta obra, con cómo eduqué a mis hijas, cómo trato a mi pareja y compañeras de trabajo. Intento asumir mi privilegio y saber que hablo desde ahí”.

Y es que, para el actor, hay que asumir –sin caer en el castigo– que uno es parte de una sociedad que abusa de la mujer.

¡Últimas fechas de Blackbird!

Blackbird, Foro Shakespeare, Zamora 7, Condesa, lun-miér: 20:30 h, hasta julio 20, boletos desde $350

blackbird foro shakespeare