Una promesa brillante: Samuel Ríos y Valles

A finales del mes de febrero se anunció el lamentable asesinato del cineasta chilango Samuel Ríos y Valles en la capital del país. El realizador, cuya carrera se encontraba en un notorio y creciente desarrollo, fue capaz de sentar un referente importante tanto en el mundo del cine como en el de la publicidad audiovisual. 

Ríos y Valles fue el fundador de Mastodonte Films, la casa productora que se encontró al frente tanto de sus proyectos publicitarios como cinematográficos. A la vez, como su misma biografía dentro del sitio web de la productora indica, sus grandes pasiones fueron la dirección de actores y de actrices, así como la estética, lo cual ha quedo plasmado en sus obras. 

El primer corto: No me mandes a mí

El realizador mexicano incursionó en el medio cinematográfico en 2012, con el cortometraje No me mandes a mí. En esta obra, Ríos y Valles demuestra ya un dominio para la construcción de un guión sólido que se refuerza con una impecable fotografía capaz de transmitir la angustia y agobio de Sergio (Mauricio Isaac), su protagonista, mientras recorre y circula por la jungla de asfalto citadina, envuelto en una red de extorsiones y amenazas criminales.

NO ME MANDES A MI from Mastodonte on Vimeo.

Dos años después, en 2014, Ríos y Valles incursionó en la comedia a través de su cortometraje Los detalles olvidados. En su trama se introduce a Carlos (Mauricio Isaac, de nueva cuenta), quien acude al funeral de su entrañable amigo Mateo (Horacio García Rojas). Al momento de acercarse al féretro en donde se encuentra el cuerpo de Mateo, éste comienza a hablarle y a confesarle varios detalles incómodos que hizo a espaldas de Carlos, lo que altera la imagen que tenía de su amigo. 

LOS DETALLES OLVIDADOS Dir. Samuel Ríos y Valles A. from Mastodonte on Vimeo.

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El largometraje: Los días que no estuve

El año pasado, Samuel Valles y Ríos se encontró al frente del que sería su primer largometraje: Los días que no estuve (2021). Se trata de una obra en donde se aprecia una notoria madurez tanto estética como en materia de guión por parte del realizador mexicano. La cinta cuenta con las actuaciones de Irene Azuela y de Ana Valeria Becerril.

Con una excelente fotografía, impecables actuaciones y una trama conmovedora se introduce la historia de Héctor (Martín Altomaro) un hombre que se percata de la infelicidad en que vive tras el fallecimiento de su esposa tras una larga enfermedad. Este suceso sirve de desencadenante para que el protagonista revalore el rumbo de su vida tanto en el ámbito profesional, como afectivo y familiar. 

Una serie de acontecimientos fortuitos conducen a que presuntamente se dé por muerto a Héctor en un ataque de tiburones, situación que él aprovecha para “desaparecer” del mundo e iniciar un proceso de autodescubrimiento en miras de reencausar su vida.

De este modo, Los días que no estuve se posicionó como un sólido paso en la trayectoria de Samuel Valles y Ríos, una ópera prima en donde se desplegó el talento innato del realizador tanto a nivel estético como narrativo, siendo un filme profundo y capaz de conmover a la audiencia. 

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Una tragedia que nos despoja de talento

Con la inesperada muerte de Samuel Valles y Ríos se ve truncada una prometedora carrera dentro del mundo del cine y de la publicidad mexicana, una carrera que despegaba a pasos agigantados y con la propuesta de temáticas trascendentes y profundas no abordadas con frecuencia dentro de la filmografía nacional contemporánea. Como espectadores, no nos queda más que continuar honrando, preservando y difundiendo el legado de quien se perfilaba como una nueva promesa del cine mexicano.