Familiares malvados, espíritus que dan lecciones, vampiros, esqueletos, brujas y posesiones también son parte del cine mexicano. Aunque es muy criticado, el séptimo arte nacional también ha producido buenas cintas de estos géneros. Para muestra, aquí te recomendamos algunas películas de terror mexicanas que te pueden fascinar.

La tía Alejandra

No existe ninguna otra película mexicana como esta. Dirigida por Arturo Ripstein, el filme nos muestra que tras la generosidad y su inofensiva apariencia, una mujer oculta algo muy amenazador, oscuro y vengativo.

La brujería, el ocultismo y la muerte se instalan en la casa con la tía Alejandra, quien a través de extraños rituales, magia negra, tétricas marionetas –y mucha manipulación– destruye a todo aquel que le desagrade o se interponga en su camino, sin importar que sean de su propia familia. Se trata de una verdadera afrenta al típico cine mexicano, lleno de ancianas tiernas o religiosas, con familias unidas y finales felices. En este filme no hay espacio para ninguna de estas cosas.

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El escapulario

El terror también estuvo presente en la época de oro del cine mexicano. En El escapulario, una anciana a punto de morir confiesa a un sacerdote los poderes de un extraño escapulario que tiene el poder de proteger la vida de quien lo porte. Es así que la mujer narra la historia de dos de sus cuatro hijos, quienes portaron el misterioso objeto religioso que otorga bendiciones…pero también maldiciones y oscuros secretos. Filmada en blanco y negro, con imágenes inquietantes y muchos elementos de las leyendas de aparecidos, es sin duda una de las mejores películas de terror mexicanas.


El esqueleto de la señora Morales

No es propiamente una película de terror, se trata más de una obra cargada de humor negro –y muchísima misoginia– con tintes macabros. La protagonizan Pablo Morales, un taxidermista alegre, y Gloria, su hermosa pero amargada, achacosa y fanatizada esposa, que además está acomplejada por un defecto en la rodilla. Ambos viven en un ambiente lúgubre y en una relación disfuncional, en la que la mujer es vista como un “mal necesario”, alguien que arruina toda la diversión, los placeres –de todo tipo–. La situación escala e incluye más de un envenenamiento, un crimen, fuertes críticas a la religión, la doble moral y muchas risas.

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El vampiro

Hollywood tuvo a Bela Lugosi y México a Germán Robles. En esta versión, el famoso conde se traslada a la hacienda Los Sicomoros, en la Sierra Negra mexicana, a la que la joven Marta viaja para cuidar a su tía enferma, quien desde su llegada al lugar, nota el temor de los lugareños, que se niegan a trasladarla en la noche. Marta continúa el viaje en una carreta enviada para recoger una misteriosa caja enviada desde Hungría. Pronto la protagonista descubre que su tía ha fallecido y decide quedarse en el tenebroso lugar, sin sospechar que su vida y su alma se encuentran en peligro, y a merced de los vampiros que acechan el lugar.

Alucarda, la hija de las tinieblas

Basada en la obra Carmilla, de Sheridan Le Fanu, el filme sucede en un convento que sirve como orfanato. Alucarda, una huérfana de quince años, ha vivido ahí toda su vida. Todo cambia cuando Justine, otra huérfana de edad similar, llega al convento. Ella y Alucarda tienen una fuerte amistad, que rápidamente se convierte en atracción sexual y deseo. A partir de ese encuentro, todo tipo de pecados ocurren en el convento: vampirismo, orgías y pactos diabólicos transformarán para siempre la vida de las jóvenes.

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Veneno para las hadas

Dos niñas muy distintas se hacen amigas: Verónica es una huérfana que vive con su abuela y su nana, quien todo el tiempo le cuenta perturbadoras historias de brujas. En lugar de asustarse, a Verónica le fascinan las historias, al grado de creerse bruja. Por su parte, Flavia, es la tímida nueva alumna y, aunque Verónica la envidia, se hace su amiga. Mediante una serie de coincidencias, Flavia empieza a creer que su amiga es una poderosa bruja, hasta el punto de entregarle sus posesiones más preciadas y obedecerla en todo. Sin embargo, pronto se cansará y descubrirá como librarse de la malvada bruja para siempre.


El fantasma del convento

Filmada en 1934, se le considera la pionera de todas las películas de terror mexicanas. El matrimonio formado por Cristina y Eduardo, se pierden en el bosque al anochecer, también los acompaña Alfonso, su amigo. Un misterioso monje les ofrece refugio en el viejo y misterioso monasterio de la Orden del Silencio, Eduardo teme entrar al edificio, pero Cristina y Alfonso —quienes mantienen una relación extramatital— lo convencen de pasar la noche ahí, solo para descubrir el precio de la traición, la infidelidad, los pactos satánicos y todo lo que ocurre cuando el mundo de los vivos y el de los muertos se confunden.

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La invención Cronos

Guillermo del Toro es un referente del cine de terror internacional, pero antes de conquistar al mundo y a Netflix, inició con esta historia en la que una vieja reliquia de un alquimista del siglo XVI, da la oportunidad de alcanzar la vida eterna. El objeto llega a manos de Jesús Gris, un viejo vendedor de antigüedades que lo encuentra dentro de una de sus estatuas y descubre que tiene en su interior un insecto, el cual lo pica, provocando que vuelva a sentirse joven, pero también con una incontrolable sed de sangre. El objeto es también muy codiciado por Dieter de la Guardia, enfermo de cáncer que busca la invención de cronos, para burlar a la muerte y aliviar sus males.

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Satánico Pandemónium (La Sexorcista)

Seducción demoníaca, una fuerte carga erótica y una dosis aún más fuerte de anticatolicismo consagraron a esta película, precedente de Alucarda. Fue dirigida en 1975 por Gilberto Martínez Solares. En ella, una inocente monja es poseída por el demonio, encarnado en el entonces sensual Enrique Rocha. Aunque no le es fácil engañar a la hermana María; una vez que lo logra las consecuencias son fatales. La monja revela su naturaleza oscura, sexual y torturada que provocará terror, desgracias y muertes. Su contenido causó gran escándalo después de su estreno. Por ello, permaneció relegada durante muchos años. Actualmente es considerada como parte del cine de culto, y una de las películas de terror mexicanas más importantes.


Sobrenatural

Con una trama que nos recuerda la paranoia de El bebé de Rosemary, todo comienza cuando Dolores escucha un asesinato, el cual aviva sus temores y su deseo de salir de su estado de reclusión. Su marido intenta calmarla, pero su actitud es cada vez más sospecha y frases que murmura al dormir lo delatan. Otra vecina, la extraña Madame Endor, advierte a Dolores que está en peligro, y sus preocupaciones las confirma su psiquiatra. Dolores comienza a creer que los acontecimientos inquietantes que suceden a su alrededor son obra del Diablo y pronto descubrirá que pese a que nadie le cree, no está equivocada.