Es un viaje que hay que hacer alguna vez en la vida. La experiencia de tocar a una ballena en libertad; de coincidir con ella en un instante en el tiempo y el espacio. Cada año, la ballena gris nada entre 8 y 10 mil kilómetros desde Alaska para reproducirse en la zona protegida de las bahías de Baja California.

«Nace en aguas mexicanas, entonces la consideramos nuestra ballena mexicana», nos explicó Georgina Saad, bióloga marina y coordinadora del programa de conservación de especies marinas prioritarias de WWF. «Es una experiencia única porque no existe otro cetáceo con este comportamiento amistoso sin estar entrenado. Y solamente se da en Ojo de Liebre, Bahía Magdalena y aquí en San Ignacio, las lagunas principales de nacimiento y reproducción de esta ballena».

Por ser un área protegida, el avistamiento de ballenas se puede hacer hasta ciertas horas de la tarde. No hay pierde, cualquiera de los proveedores turísticos de Laguna San Ignacio conoce las reglas para que tu visita respete las normas. Los botes normalmente llevan hasta a 12 personas. Para llegar hasta donde están las ballenas toma entre veinte minutos a media hora de recorrido, brincando entre las olas (para disfrutarlo más, te recomiendo llevar audífonos y un reproductor para música).

Si tienes suerte, a tu regreso al campamento podrás vivir uno de los mejores momentos del viaje: el personal de la Freidera arma una fogata con vista al mar y preparan ostiones a la leña. Unas gotas de limón y de salsa de habanero y listo. Estoy salivando al recordarlo.

Como en todo viaje, la planeación es clave. El avistamiento de ballenas es un espectáculo natural que no sucede todo el año. Si bien la temporada de ballena gris en Baja California va de febrero a abril, la bióloga marina de WWF recomienda particularmente programar tu viaje de la mitad de febrero a mitad de marzo: «Ese es como el pico, es mucho mejor porque ves animales reproduciéndose y otros animales mucho más crecidos».

Para nosotros los chilangos el reto es llegar a Laguna San Ignacio, pues no hay vuelos directos a esta zona desde la CDMX. «Aventúrense. Parece lejano y difícil, pero no. En camión se puede llegar, y hay gente muy buena que una vez llegando a San Ignacio puede darte hasta aventón», explica Georgina. «Esta zona es especial porque todavía hay confianza. La gente da precios especiales a los turistas nacionales y puedes conseguir un buen precio para acampar».

Cómo llegar

Parece increíble, pero no hay vuelos directos desde la Ciudad de México. Así que hay que llegar a La Paz y de La Paz manejar alrededor de unas nueve horas de camino hasta la laguna. La otra es contratar alguno de los tours que incluyen avioneta y que generalmente salen de San Diego y vuelan a Loreto o a la laguna.

Para hospedarte en tu viaje

La freidera (que es donde nosotros nos quedamos) ofrece cabañas o acampado con paquetes de hospedaje, alimentos y avistamiento de ballenas. Reserva con anticipación (en grupos grandes al menos tres meses antes).

Paquete VIP Cabañas, noche por persona en cabaña doble con 3 alimentos, bebidas nacionales, permiso CONANP y 2 paseos para avistamiento de ballena, $ 260 USD (adulto), $190 USD (niños). Acampado: $10 USD por noche por adulto, antoniosecotours.mx