Para nadie es un secreto que Brad Pitt no pasa su mejor momento, ya sea por su ruptura con Angelina Jolie o su problema con el alcohol, lo cierto es que el actor de 53 años sigue trabajando y en su nuevo proyecto deja a un lado su imagen de sex symbol y sus posturas políticas para convertirse en un conservador republicano.

Además de figurar estos días por hablar sobre su vida privada, Brad vuelve a los titulares con el estreno de su nuevo proyecto fílmico War Machine en el que se aleja de las grandes productoras para optar por los servicios streaming y contar una historia en la que deja a un lado su vena demócrata para ser un amante de la guerra e invasión en “pro de la paz”.

Al verlo en pantalla en este nuevo trabajo dirigido por David Michôd (Animal Kingdom), se puede apreciar a un Brad viejo, canoso, reprimido y arrugado, bueno hasta es un ser que ama la guerra. Pero aquellos fans del actor pueden estar tranquilos porque eso no se debe a su situación personal actual, es parte del personaje que desarrolla en la trama.

War Machine es la historia que lo regresa a las pantallas para hablar en forma de sátira sobre lo que Michod, quien hace unas semanas estuvo en la Ciudad de México, considera “la absurda guerra en Afganistán”.

«La película busca retratar lo absurdo de las altas esferas, sistema e instituciones militares que manejan a sus militares como engranes de un gran complejo que sólo intenta repetir una y otra vez lo que no funciona y que al fallar son remplazados por otro grupo de personas que llevan a cabo misiones sin fin», explicó Michôd en su encuentro con medios nacionales.

Hollywood, ese fiel amante de los demócratas no se podía resistir a una historia de conspiración e intriga y menos si en ella está el ingrediente bélico de por medio, razón por la que Pitt decidió no sólo protagonizarla, también producirla a través de su compañía Plan B.

La cinta que llega a la plataforma de Netflix los primeros minutos de este viernes y está basada en el libro The Operators: The Wild and Terrifying Inside Story of America’s War in Afghanistan (2012), del periodista Michael Hastings, muestra lo absurda y letal que puede resultar la guerra.

«La ambición masculina y su hambre de poder se ve reflejado en esta película, la cual también da una muestra de lo terrible que puede ser la guerra, de las vidas que pudieron salvarse de no haber continuado con algo que simplemente es absurdo», abundó el cineasta.

Brad Pitt  —fiel partidario de los demócratas—, se pone en los zapatos del general Glen McMahon, que a su vez está basado en Stanley McChrystal, reconocido y polémico militar que estuvo al mando de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF) en Afganistán.

Al igual que en el libro, la cinta muestra los hechos acontecidos cuando McChrystal (McMahon) llegó a Afganistán con toda la confianza de sus superiores, con un sentido de liderazgo y queriendo hacer que los talibanes “pagaran por sus crímenes”.

El filme llega en un momento en el que Donald Trump ha pedido mandar más tropas militares a Afganistán, algo que para Pitt resulta absurdo y que al igual que la película que protagoniza, -dice- refleja el problema bajo el que se enfrenta el mundo.

«La historia nos indica que mandar más tropas va a hacer algo más que ocasionar más daños, más vidas y personas perdidas. Hablamos mucho de apoyar a nuestras tropas, pero pienso que apoyar a nuestras tropas es mucho más que darles dinero y una palmada en la espalda. Creo que es ser responsable sobre cómo usar ese compromiso tan profundo», explicó hace unas semanas.

El interés del actor en el proyecto nació tras visitar en 2014 el centro médico Walter Reed donde son atendidos cientos de heridos de guerra, donde se percató que los jóvenes enlistados son solo unos peones más en una interminable guerra de poder.

«Para mí el problema es más sistemático. Aunque esos jóvenes hombres y mujeres son absolutamente heroicos en una situación muy desgarradora, sus vidas cambian para siempre y también las de sus familias. Realmente me hizo cuestionarme quién está firmando el cheque, quién está dando la orden», dijo Pitt.

Aunque para la mayoría el mundo militar y el glamoroso Hollywood a primer vista pueden no tener nada en común, para Pitt son mundos totalmente similares en los que se busca la ambición, lo que provoca que las personas cometan estupideces.

«El orgullo desmedido es una trampa y es la trampa de cualquier gran nación que ha sido número uno demasiado tiempo. Empiezas a creerte tu propia porquería, eso mismo pasa a los actores. Cada que uno está en problemas en gran medida se debe a nuestra propia arrogancia», añadió.