Este 30 de mayo se estrenará en Netflix la quinta temporada de una de las series más vistas y aclamadas de la década, House of Cards.

Pero para muchos chilangos, el martes 14 de marzo será la primera vez que conozcan a Frank Underwood (interpretado por Kevin Spacey) y su forma de dominar el ajedrez de la política estadounidense por el estreno de la primera temporada en Paramount Channel (aunque si tú has visto todas las temporadas, también puedes aprovechar para recordar cómo comenzó todo).

Por esta razón, Spacey platicó con nosotros en una mesa redonda sobre los orígenes de la serie. De paso, también nos dijo qué opina del célebre e infame señor Underwood.

Los orígenes

La versión estadounidense de House of Cards inició gracias a las ganas de dos viejos conocidos de colaborar juntos en un nuevo proyecto: la primera vez que se mencionó fue en una plática entre Kevin Spacey y el director David Fincher en el set de la película que el primero produjo y el segundo dirigió, “La red social”.

“Hicimos una película llamada ‘Seven’ hace muchos años y no habíamos trabajado juntos desde ese entonces. Así que quisimos encontrar algo que pudiéramos hacer juntos porque era genial meternos en una situación en donde fuéramos retados y colaborar de nuevo. Ésa fue la primera motivación”.

Luego surgió la oportunidad de tener los derechos de la serie británica. La cuestión era que Spacey ya la había visto, pero Fincher no, así que la vio (y Kevin la volvió a ver). Ya sincronizados, vieron que era muy viable hacer una versión gringa.

Frank Underwood según Kevin Spacey

Durante la entrevista, el actor nos dejó claro en varias ocasiones que él no se clava con los personajes que interpreta. Por eso le es difícil hablar de Frank como si fuera un personaje real o asignarle etiquetas de “bueno” o “malo”. Incluso, nos contó que todo depende del cristal con que se mire, porque mientras para cierto público Frank es despiadado y cruel, para la gente en China es un símbolo un tanto heroico que lucha contra la corrupción, porque para ellos ése es el principal problema que enfrenta su país (Sí, nosotros también nos quedamos con cara de WTF!?. Esos chinos…).

“Mi trabajo es ser intérprete del trabajo de otros. Tengo que servir al guion de cualquier forma que pueda. No hago juicios morales sobre las cosas que hacen los personajes que interpreto. Y realmente no creo que importe mi opinión, no debería importar, porque si la expreso, si digo lo que pienso, si digo lo que decido, siempre tengo el temor de que mi opinión se vea reflejada, incluso cuando estoy en total desacuerdo en la forma en que se comporta mi personaje.

“A veces pienso que en el mundo actual se llega a confundir mucho al actor con el personaje que interpreta. Lo que yo hago es proteger al personaje que estoy interpretando y mantenerlo en el mundo de esa experiencia, no confundir los dos, y creo que lo he logrado”.

Spacey y la política

Una de las razones por las cuales el trabajo de Spacey es tan convincente es su involucramiento con la política de la vida real: nos contó que ha estado involucrado en diferentes campañas y con varios políticos desde que era muy joven, lo cual le ha permitido analizar varias situaciones y comportamientos, resultando en que todo en la serie se sienta auténtico.

También nos dijo que se ha asesorado con consejeros que han trabajado en la política y en la mismísima Casa Blanca o el Congreso.

Su opinión sobre el “poder” de Frank

“‘Poder’ no es una palabra activa y no es algo en lo que pienso o he pensado. En lo que sí siempre pienso es en la cosa específica sobre la que es un episodio o un diálogo, cuál es el deseo del personaje, el objetivo final, la pieza de ajedrez particular que trata de mover para estar 17 o 23 movimientos delante del oponente. El poder no es más que una de esas palabras que es muy fácil decir que una persona quiere”.

Su frase favorita de Frank Underwood

“Si no te gusta la forma en que está puesta la mesa, gira la mesa”.