Llegué a las seis en putno de la mañana, media hora antes del momento de la cita. Hoy se agradece madrugar, hoy Chilango se va de invitado V.I.P de J&B a Argentina. Se rumora que sus fiestas son legendraias. ¿Qué me espera? Una de las anteriores que lanzaron fue en el Castillo de Drácula en Transilvania, dicen que ésta será en una cárcel. Lo siguiente: encontrar plata Argentina. Maldito sistema, cambiar un poco de lana mexicana a pesos argentinos es casi imposible. Esperaré a llegar a Buenos Aires. Mientras hago el check in, la clásica “tan despierta y sorniente” señorita del mostrado me echa el choro tradicional: “La hora para abordar es a las 7:50 y la entrada es por la sala B, le entrego su boleto, su asiento en primera clase y…” En ese momento dejé de prestar atención. ¿Primera clase? Perfecto, volaré como los mismísimos reyes hacia la fiesta más esperada del año, las nueve horas de viaje serán privilegidas. Antes de subir al avión me entregan mi paquete de “reo” etiquetado como: “Start a party at the End of the World”. Comienzo a fantasear con un whiskito en las rocas.