Fever:

El nombrecito no es para más. No cabe duda que este antro se convierte en la fiebre de la noche de lo ardiente que se pone el ambiente. Sobre Nuevo León, la calle en la que nunca se apaga la fiesta, está situado el Fever. Una fachada oscura y misteriosa revela la exclusividad. A pesar de que presume ser un antro fresón, dan la bienvenida a quienes aguantan la música disco para que, alratito, todo cambie a los mejores beats electros mientras el círculo se cierra aún más.

AM:

Abrió hace años y, así como el Bull, ha tenido sus diferentes etapas y auges. En un principio, el lugar era de los "inalcanzables", de aquellos para los que tenías que echarle ganas al outfit; cargabas hasta el pasaporte solo por si las dudas. Hoy la vida nocturna es diferente. Y lo es aún más cada que abren nuevos lugares. Las propuestas "indies", los sitios "underground", los inclusivos y los exclusivos van modificanto la ciudad de noche, y el AM se ha mantenido como el mero bueno de los afters. Tanto que, al pasar la media noche, la concurrencia apenas va calentando para el reven. La música es electrónica y muchos Dj’s de renombre se encargan de mezclar de vez en vez. Como todos los antros tiene sus días. El bueno es el miércoles.

Classico La Cúspide:

Seremos chilangos, defeños, citadinos, lo que quieras… pero Satélite y sus alrededores siempre han sido parte de los capitalinos hostiles (todos hemos dicho Satebronx alguna vez). De la cadena de los afamados Classicos, abre uno en la punta norte de la ciudad. Si en verdad buscas reven locochón, chicas sensualonas, rondas de ABC’s, Redoxones, Perlas Negras y Boligomas, esta es tu opción. Aunque esos shots son los buenos para el desma, te queremos decir que el bartender oficial (Enrique Echeverría, un genio detrás de la barra) fue ganador del Bartender Tournament que organiza Madrileña. Así que atrévete a probar sus cocteles, para las damitas y para los chicos. La terraza tiene vista a la ciudad y la gente alarga la borrachera para ser testigos de los amaneceres increíbles que tiene el DF, a pesar del esmog. Es más, ahí tienes tu frase de ligue (triste pero puede que funcione) "quiero ver el amanecer contigo." ¡Aush!

Envy:(viernes, Palmas 500)

Aquí no sólo la gente es guapita sino que la fiesta se alarga hasta que la última parejita se va. La música es popera, pocas veces escuchas reggaeton y rock, pero eso sí, ponen los mejores hits de"los 80, 90 y más". Es de los pocos lugares de la ciudad en los que la gente SI baila, la pasa bien y aunque es pretencioso, se aleja de lo excluyente. El ambiente se impregna de testosterona, hay sensualidad, tragos buenos y horas eternas de fiesta. Hay cover y las tellas no bajan de los $850. Es la Envy-dia de los antros bugas y vale la pena gastar la quincena para pasar una noche aquí.

Reina:

Si alguna vez llegaste a ir al Nite, éste es el sucesor y ahora el gigante de la zona sureña. No te lo vamos a negar, es fresa y se llena púberes. Pero a pesar de los chicos "vales mil, nunca cambies", la cadena es tranquila. Al lugar le caben más de mil personas, así que lo tienen que llenar. Hay pista de baile en medio de una escenografía de cuento de hadas. Dos barras protegen los polos opuestos para siempre tener bien servidos a los clientes y, además, te atienden aunque no tengas mesa. Éste es el bueno, y es que hay otros a su alrededor que cierran temprano.