Todo inició una noche en El Covadonga, cuando las mentes maestras de Atto Attie y Jorge González –ya con algunos alcoholes encima– decidieron que era tiempo de abrir un lugar de rock con glamour.

Ellos tenían la experiencia y las ganas, el primero como empresario (manejó el Barney’s un lugar con caché y mucha ondita) y el segundo con toda la experiencia de promotor musical. Los dos sabían qué querían: Un lugar pequeño, independiente pero bien montado; pero sobre todo que dejara atrás el estereotipo de los lugares donde por tocar rock o por ser indie se valía ser chafa, sonar mal o tratar mal a la gente o a los músicos.

¿Un lugar de rock?

Sí, pero nada que ver con el antro ochentero que ponía a vender boletos a las bandas y sonaba mal.

La inauguración dejó claro que El imperial no era un garaje con bocinas. En mayo de 2008, los Concorde abrieron el escenario para mantenerlo así: sólo con propuestas de gran calidad.

Una de las características es la calidad de su audio. Todo lo que se escucha en el Imperial suena muy bien (gracias, despacho de acústica de Bellas Artes, ahí nomás para que chequen el nivel); este lugar también presume ser el primero de ese tamañito que se toma la molestia de trabajar con un arquitecto acústico.

Ya encaminado el chamaco

En el Imperial todo se escucha increíble, la gente y los grupos vivieron la diferencia. Se notó inmediatamente en la diversidad de su programación. Grupos que normalmente no tocaban en foros tan pequeños y que eran difíciles de costear han pisado el escenario de las legendarias cortinas negras con dorado.

Las bandas encontraron un lugar digno donde presentarse; grupos que apenas comienzan tienen las mismas condiciones para un buen concierto que bandas famosas. El público tiene dos ambientes a elegir: la parte de abajo es para conciertos (con una pista grande), para chavos, para chelear y disfrutar de los conciertos. Arriba hay mesas y un ambiente que le tira a un público mayor, para echarse un trago derecho, escuchar música y hasta celebrar un cumpleaños o algo más íntimo.

48477Terciopelo y encajes

Terciopelo y encajes (AG)

Disfrutando del viaje

Es un lugar que no sólo tiene a los músicos en el escenario, es común ver como clientes caras conocidas de rock nacional e internacional. Basta decir que Fito Páez siempre le cae cuando está en México. Puedes toparte con las personalidades más inesperadas de la música o de la farándula, como el actor porno Ron Jeremy, acompañado de dos playmates que beben martini de sandia.

La diferencia

No hay cadena ni la habrá pues es un lugar sin prejuicios. Eso sí, hay que llegar a buena hora porque es un lugar pequeño y se llena. El acceso se restringe por cuestiones de seguridad. Por eso, para disfrutar una buena noche, lo único que debes hacer es llegar temprano.

La buena coctelería sigue intacta. Aunque ya no está Angie (la guapísima y legendaria bartender que muchos conocimos), los buenos tragos se mantienen. El riquísimo Imperial, con la receta secreta de la casa; si te gusta la ginebra vale la pena probar el Ziggy stardust;para agarrar la fiesta con alegría te recomendamos un Diablo (lleva tequila, licor de cassis, limón y ginger ale).

48479La barra

La barra (AG)

Cuatro y contando

Si el año pasado no tuvieron suficiente con resucitar a Elvis (Héctor Ortiz, unos de los mejores imitadores de Elvis a nivel mundial, lo ves y es Elvis), este 2012, el aniversario sale de casa y aterriza en el Plaza Condesa.

El próximo 31 de agosto, El Imperial trae como plato principal al mejor grupo indie del 2011: Fucked Up. También preparan una gran selección de talento mexicano: representando la nueva generación de músicos independientes del bajío estará Descartes a Kant, los experimentales rockerlectrónicosos seránVicente Gayo, la movida electro-cumbiera correrá a cargo de Agrupación Cariño. Y, de la casa, estarán su Majestad Silverio, con su clásico set lúdico, mágico-musical y Atto & The Majestics.

Quienes sean parte de esta fiesta se llevaran como recuerdo el acoplado “El Imperial – 1800”, con 18 propuestas musicales representativas que van desde Veo muertos, pasando por Plastic Revolution, hasta Royal Bloodline, el nuevo proyecto de Randy de Molotov.

La cita es el 31 de agosto a partir de las 19 hrs, en El Plaza Condesa. Boletos a la venta.