"El museo de tragos y arrabal"

El ambiente es familiar en la parte de abajo. En el piso de arriba, sube un poquito de tono el ambiente y el rojo de las minifaldas de las meseras que fichan para deleite de los ojos alegres. "Yo soy tan sabroso como mi copa", está escrito en la carta de bebidas que hace tributo al buen precio y sabor de los tragos. Un caballito tequilero de herradura tiene un precio de $80. Lo mejor es que después de tres copitas o cervezas, la mojarra al mojo de ajo, los chiles en nogada, el caldo de camarón, los machitos al ajillo, el cerdo encacahuatado, la fabada y la pancita ¡son gratis! Aunque el lugar cuenta con tres televisiones viejitas, los meseros con más antigüedad, sin ofender, garantizan que cualquier partido de futbol se va a poner re bien.