De regreso a su lugar original, el Love resabre sus puertas donde hace apenas unos meses era el "Pre Love", un bar para precopear. La cadena rigurosa es un elemento imprescindible de este lugar. Al pasar la medianoche, la entrada se ve atiborrada de gente desespearda por entrar. El lugar no se manejar por reservaciones, la onda es llevarte con el cadenero quien con un simpe guiño, perite o rechaza el acceso. Se entra por el área de fumadores, una salita con decoración vintage donde muchos disfrutan del cigarrito y la charla habitual. El antro cuenta con dos áreas pequeñas: una estilo recepción para que la gente socialice y pida traogs en las dos barras, y la zona de las mesa que rodean la pista de baile. Aquí hasta los meseros ven "hacia abajo" a quienes optan por sólo copear en vez de invertir en una mesa con botellas arriba de los $1300. ¿Para qué nos engañamos? Esto de la exclusividad despierta el deseo de cualquier antrólogo. a música consiste en rolas popoeras exquisitamente mezcladas. No te sorprendas de ver a hombres ayores con damitas monumentales, parece que es una tendencia dentro de este nicho. Eso sí, el lugar es una joya dentro de la vida nocturna fresona.