Al ser un bar de Jack Daniel’s, el concepto está inspirado en las tradiciones del sur de Estados Unidos, concretamente, de Tennessee (donde se encuentra la planta original de su destilería). Para la comida, las especialidades son las de un barbecue que se respete: brisket, costillas y Boston butt. Otra buena opción es el pollo Tennessee: una pechuga de pollo marinada con miel y –adivinaron– Jack Daniels.

Algunos de los cocteles más divertidos son el Maracujack, con Jack y maracuyá, el Rolling Stone, que lleva cerveza; o los dos tragos ganadores de un rally de cocteles: el Tennessee Hope (con Controy, limón, melón, granadina y mora) que preparó el actor Mane de la Parra, y el Pink Daniel’s, del artista visual Héctor Falcón, (con clara de huevo, crema y frutos rojos).

El staff recibe capacitación directa de la marca, por lo que puedes sentirte tranquilo cuando le eches un ojo al menú de bebidas y alguna combinación te parezca demasiado exótica. Aunque, claro, también hay muchas opciones para quienes se inclinan por lo tradicional.

En el bar oficial del whisky rockero la música de fondo es, por supuesto, rock. Nada de oldies, sólo bandas de culto actual o emergentes. Hay un DJ a cargo de la selección musical y, contrario a lo que podría esperarse, la música se mantiene a un volumen muy apropiado, en absoluto estridente o invasivo. Quién dijo que el rock era sinónimo de excesos.

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