Subir por el elevador te remite a lo más cutre de la vida del centro: un edificio viejo, pero en la parte estilizada del Primer Cuadro. Hasta sería probable encontrar al final del viaje un burdel de mala muerte… Sin embargo, cuando la puerta se vuelve a abrir, lo que se dispone es un oasis de chelas y billar al servicio de fieles feligreses. El Atlántico tiene doble identidad: por las noches es un billar con tragos y botanas, con bastante ondita, recubierto por una pared con fotos (como en la sala de tu casa) y grandes ventanales que dan al centro, desde un tercer piso. En el día, el lugar cambia de sexo y se convierte en Atlántica, un taller para artistas experimentales que, por la noche, exponen ahí mismo su trabajo, mientras el resto de los asistentes beben y juegan billar con singular alegría.

El Club Atlántico es una "Zona Cultural y de Entretenimiento" con una cualidad camaleónica única en el centro de la ciudad, pues se transforma durante el día de un billar-bar, con cine club todos los jueves por la noche con películas cuidadosamente seleccionadas y centro de exposiciones abierto a todo tipo de expresión cultural, a un Club nocturno, al caer la noche, vistiéndose de gala para recibir a más de 350 visitantes cada fin de semana, con una atmósfera perfecta al combinar visuales, luces y un escenario con audio profesional, esto además de una barra estratégicamente colocada y sus once balcones que le dan una vista envidiable del Centro Histórico de la Ciudad de México hacen del Atlántico el lugar perfecto para disfrutar un día entero de diversión y buena fiesta.