Fue de las primeras de Coyoacán. Desde hace pocos años se ubica frente al Parque Hidalgo, pero mantiene el servicio y ambiente que le ha dado fama desde 1932. La decoración rústica que se complementa con cabezas de toros y carteles de corridas fascinará a los amantes de la tauromaquia. Las mesas están abarrotadas por grupos de amigos y turistas. Los fines de semana es común que esperes para encontrar mesa; mientras lo haces unos tragos en la barra cantinera te armarán de paciencia. La carta no podría ser más tradicional, y entre las delicias que ofrece se encuentran las albóndigas 8$99) y la cecina ($127).

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