Si en La Ópera presumen el balazo de Pancho Villa en el techo, aquí los nietos de Villa y Zapata son clientes asiduos. Es un lugar versátil, con canta-bar y hasta futbolito; tiene buen servicio. Parece restaurante, pero aquí no pueden ni asomarse los menores de edad.

Los viernes son de mariscos, como caldo de camarón, tostadas de pulpo y, para seguirle, mojarra frita o paella, todo por cuatro bebidas, una por tiempo. Hay una botana fija cada día –las manitas de puerco saben a gloria– y los sábados son más de tacos de guisado y garnachas. Diario le caen unos mariachis por la tarde.

TIP. Viernes y sábados tienen karaoke a partir de las 20 horas, algo inusual en cantinas. Si no te gusta escuchar los berridos ajenos, pide que te pongan en otra parte del salón. Ordena la botana espaciada, para no llenarte de un jalón.

Botana: 14-17 h.