Como no todo es la Condesa y la Roma nos lanzamos a Camille, un bar que busca cambiar la tendencia nocturna norteña incluyendo coctelería muy bien hecha por el mixólogo Bosé Echeverría.

El lugar combina elementos modernos –como barras de ónix– con decoración al estilo Luis XV, como si fuera la casa de un aristócrata extravagante que se quedó a la mitad, entre lo moderno y el rococó. Todo ambientado principalmente con pop y electro comercial.

Está dividido en dos secciones y ambientes. Por un lado, tenemos el restaurante, que es muy familiar, ad hoc para una cena tranquila; prueba la pizza Camille preparada con quesos maduros, uvas, arúgula y miel. En la otra sección, con vista a la avenida Lomas Verdes, el ambiente es de relajo, incluso tiene una enorme ventana sin cristal que permite fumar dentro.

La especialidad son los Tom Collins, preparados con ginebra, un toque de agua quina, así como frutas, hierbas de olor y especias, lo que le da otra dimensión al trago. Un ejemplo es el delicioso Red Fruit Collins, que se prepara con frambuesa, zarzamora, Chambord y ginebra. Al utilizar agua quina artesanal, en lugar de mineral, y gin, en vez de vodka, el trago resulta más complejo y sabe mejor. Pero claro, también vas a encontrar los clásicos.

Los viernes hay karaoke. 

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