El beat de la música a todo volumen advierte el venir de una buena noche. Son ya las once y el lugar está hasta el tope. El Big Silver, la última propuesta de la cadena Fishers, claramente conserva el concepto tan en boga de los grandes. A pesar del atiborramiento, me ofrecen un cómodo lugar en la barra con bancos altos. El último sencillo de Moderatto ambienta el lugar, seguido por el choque de vasos y los flashes de fotos amigueras.

Sin duda el objetivo preciso es disfrutar del gustoso precopeo que ambienta a cualquiera a seguir el festejo. Unos cantan al son de la música, otros valiente se levantan a echar el bailongo, y muchos están a la espera de ubicar al ligue potencial de la noche.

Mientras le echo ojo al atractivo menú de entradas y cocteles, un exótico concepto de trago llama mi atención. El Coco Malibú, adornado en forma de coco, este drink tropical es una dulce mezcolanza entre licor Malibú, jugo de piña, y vodka al gusto que efectivamente le da un toque playero a la fiesta citadina. El plus, te llevas el estrambótico vaso de recuerdo. De momento el precio me asusta un poco, así que me voy por el trago más popular de la cadena, una condimentada y deliciosa chelada con kermato. Ojo, para los abstemios éste no necesariamente es un spot para echar los tragos, la barra de cafés y de postres hacen de cualquiera un pecador ¿quién podría resistirse a un Big Frapp de Cookies N´Cream? Definitivamente solo o acompañado, este lugar entretiene.

Las pantallas adaptadas en rincones estratégicos captan la atención de los futboleros, la variada música popera es la fuente de los recuerdos en construcción, y los precios accesibles suavizan el estrés de la mitad o fin de quincena. Suertudos los fumadores quienes mientras echan el cigarrito a gusto en la terraza, disfrutan de una panorámica vista a una sección del bosque que sin duda es la mera onda del lugar.

Sean bienvenidos fresones, alternativos y oficinistas, éste hot spot no escatima, defiende las diferencias.

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