La cosa es tranquila: unos tragos, unos taquitos de camarón y pura buena onda.

El Bar B es de esas pequeñas islas vírgenes que rodean la Condesa. Uno de sus grandes fuertes, además de la chela barata y el servicio casi personalizado, es que la música la eliges tú, siempre y cuando tus gustos musicales se encuentren entre la onda grunge de los noventas y el indie del nuevo siglo. Sus paredes son un collage de citas de las grandes rolas, posters y memorabilia de aquellos tiempos. Indispensables son sus papas al estilo B, los tacos de camarón y la servilleta en la que anotarás la larga lista de canciones que quieres oír. Jueves y sábado hay música en vivo, y los miércoles un DJ comenzará el largo fin de semana.