Por: Miranda Bringas

El staff de Baltra es “egresado” del Limantour, y también es parte del Grupo Sicario, pero el término “hermano” no terminaría de hacerle justicia, pues aquí realmente somos testigos de una evolución en todos los aspectos: la conceptualización del espacio, la coctelería, las etiquetas de sus botellas y la atención.

La iluminación es muy tenue, hay pequeños y cómodos sofás para 35 personas, paredes decoradas con vitrinas y estantes con insectos, erizos, conchas de mar y vegetación; elementos con los que establecen un paralelismo entre el viaje realizado por Darwin a Baltra (una de las islas Galápagos donde la observación y la recolección de piezas fueron la clave para escribir su obra sobre la evolución El origen de las especies) y también el viaje emprendido por sus fundadores en su apuesta por la experimentación coctelera.

La botana de cortesía es un rico mix de semillas (girasol, pepita, haba) sofritos con una salsa de la casa. El menú de comida lo conforman platillos sencillos, pero originales y bien ejecutados: tortitas de barbacoa, de pato o roast beef, aguachile de tofu o huevitos de codorniz.

En cuanto a tragos, la carta tiene ocho cocteles que cambian por temporada: en primavera, el tema es floral, cítrico, en los que usan vermouths, ginebras y vodkas, mientras que, en otoño, se inclinan por la vainilla, castañas y especias. Para distinguirse de otros bares de su tipo, experimentan con técnicas a partir de familias de cocteles, tienen un volumen alcohólico mayor y no usan tanta fruta. Prueba el Melissa, con una base de jugo de limón amarillo, menta fresca, jarabe de té de limón y ginebra London Dry No. 3, es muy fresco y herbal.

La selección musical contribuye a crear una atmósfera relajada y pone especial énfasis en celebrar la nostalgia. Frank Sinatra o Nina Simone son la mejor compañía para un coctel al caer la noche.

Baltra es un lugar acogedor que cuenta con cocteles extraordinarios y atendido por auténticos clavadazos en el tema. ¿Nuestro pronóstico? Estamos ante un nuevo clásico.

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Recientemente, los creadores de Baltra decidieron agregar un concepto al bar: una zona de consumo oyster. No te lo pierdas.