Encontrarás el antro si te guías por la luz azul neón que ilumina la calle y por el alto volumen de la música. No te preocupes por la cadena, no es ruda, pero pasando la barrera pagas un cóver de 100 pesitos; como son equitativos, es parejo para hombres y mujeres.

La música es netamente ochentera en inglés y en español. En las mesas no verás a nadie menor de 27 años: el lugar es para quien tiene y puede pagar botellas de entre mil 300 y 8 mil pesos. Abundan los oficinistas de la onda forever young.

El Asha es una mezcla de antro y salón de fiestas porque las paredes, el piso y el mobiliario son blancos, pero con la luz neón se pintan de rosa. Además, ¡hay espejos de donde sale agua! Al paso de la noche ya ni te preocupas por esos pequeñísimos detalles.

La música te prende y la iluminación antrera cambia el ambiente radicalmente. Érick, el jefe del bar, dice que los hombres normalmente piden botella de whisky o vodka. Para las chicas recomienda coctelería, como el Shot Asha, Lluvia de Estrellas, Manguito o Semen de Burro (bien rico, la verdad), una bebida preparada con ron de coco, vodka, crema de coco, leche evaporada y limón.

El lugar tiene dos áreas VIPy organizan varios eventos por mes.

No sigas por completo la ruta de Google Maps, búscalo en Waze o, de plano, sigue la luz.

Es mejor ir en bola, así reventarás a gusto.

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