La experiencia comienza en el piso de la entrada, pagas tu cover coqueto y te mandan a un elevador muy bien decorado. Se abren las puertas de éste y te encuentras con un mini lounge a gusto para comenzar con la noche. Llegas al fondo y te encuentras con señores áltamente capacitados a ponerte un disfraz que sientes que te llevará hasta el polo norte y, en efecto, abren una puerta ultramente sellada que te llevará al paraíso del hielo. Ya entrado en frío, te recomendamos la foto para el recuerdo, el shot para otro (de chocolate) y en cuánto no sientas tu nariz y tengas ganas de entrar en calor, sales al mundo real para chillear un rato.