Si estás cansado de que te corten la fiesta a las 2:00 de la mañana y buscas dónde bailar hasta que te truenen los huesos, este es el lugar para ti.

DJ internacionales y nacionales de la escena electrónica llenan de euforia la pista de baile hasta bien entrada la mañana. A las 6:00 en punto, la concurrencia pareciera rendirse y bajarse del escenario principal, pero sólo es para pasar a una fiesta más privada dentro de una especie de cueva medieval a la que puedes entrar con la compra de una botella… o decir en voz alta a quién conoces.

Sus luces de colores, el escenario psicodélico, los baños con paredes de espejo y la gente sonriendo mientras aprieta sus mandíbulas te harán sentir como en un rave de la vieja escuela noventera, aunque hay que decir que con una vibra mucho más fresa. No hay que estar superbién vestido para entrar, pero el cadenero suele ponerse selectivo después de las 2:00 de la mañana, que es cuando empieza lo bueno.

Si te la quieres llevar con chelas, están en $70; considera el cover (no suele bajar de $200) y una lanita extra si quieres probar sus cocteles. Hay que prepararse física y psicológicamente para invertirle tiempo a un espacio que te abre las puertas para beber y bailar hasta que ya no puedas más. Sólo apto para desenfrenados.