Alberto Portilla es el creador de Ulamm Joyas, negocio ubicado en el centro de nuestra ciudad, que se dedica a crear anillos de compromiso personalizados. Joyero desde hace 24 años, asegura que la bonita costumbre del anillo se perdió un poco porque las parejas preferían meterle lana a otras cosas. Ahora que se ha retomado, dice, es más bien algo “aspiracional”.

Él hace anillos como se lo pidan. Incluso sólo trabaja con previa cita para conocer a la persona a la que le hará el anillo. Pero ¿en qué hay que fijarse? Nada de que a mayor tamaño, mayor calidad y precio, se tiene que fijar uno en la piedra.

«Hay que analizar el peso, que se mide en Carats; la claridad o pureza; el color, que significa qué calidad de tallado y pulido tiene la piedra y la simetría, es decir, si están alineados correctamente vértices y aristas en la piedra»

Muchos negocios —nos explicó— ofrecen diamantes con gran número de inclusiones a un gran costo. El punto es que la piedra es grande y esto impacta a la gente, sin saber que no tiene la calidad de un diamante puro.

¿Un anillo de compromiso debe valer cinco veces el sueldo de quien lo va a entregar?

Pienso que hay que considerar algo que esté dentro de las posibilidades de uno. Es importante que sea algo que verdaderamente signifique algo para la pareja y no sólo como un símbolo de frivolidad.

Alberto recomienda que analicen el presupuesto que tienen. Y le preguntamos cuánto es más o menos lo que cuesta invertir en uno. Algo económico, un anillo de plata con baño de platino y cristal puede salir entre dos mil y cuatro mil 500 pesos. Ahora, si se quiere uno de diamantes, con oro de 10, 14 y 18k y platino, va desde los siete mil pesos hasta lo inimaginable, según el diamante.

Alberto recuerda que esto es algo que les va a durar toda la vida y cada que lo vean será un recuerdo de esa promesa de amor.

Ulamm Joyas, Monte De Piedad 13, tercer Piso, Centro, 4169 2324, 5993 0600,